HOUSTON – Hace solo un mes, Eduardo Insignares gozaba de un buen trabajo en la industria de los cruceros para la cual había trabajado durante 11 años. Estaba en la mejor época de ventas del año, pues recibía decenas de llamadas al día de clientes interesados en comprar paquetes de vacaciones para el verano.
Hoy, hace parte de los 967,986 residentes del estado que han solicitado beneficios de desempleo en las últimas tres semanas y media, debido a la crisis generada por la pandemia del coronavirus que ha frenado una gran parte de la economía del país.
Y es que de un promedio semanal de 7,000 personas que pedían los beneficios -en un estado que tenía una tasa de desempleo del 3.4%- se pasó a 361,000 solicitudes en la semana del 29 al 4 de abril pasado.
Esta semana, con datos hasta mediado de ella, ya habían buscado el beneficio de desempleo unas 156,100 personas, según estimados del Texas Workfroce Commission.
En la semana anterior, entre el 22 y el 28 de marzo, solicitaron recursos de desempleo 292,522 personas.
El sistema de solicitud por internet se ha visto colapsado ante la enorme cantidad de llamadas, más de 1 millón en un solo día, según revelaron las autoridades de trabajo en Texas hace un par de semanas.
Ha sido de tal magnitud, que las autoridades texanas han tenido que mover a cientos de empleados de otros departamentos para responder el creciente número de llamadas en las que se pide información sobre cómo solicitar los beneficios.
Es por ello, que las autoridades esperan que cuando finalice abril, Texas se acerque al máximo histórico de desempleo vivido en 1986, cuando este llegó al 9.2% y supere el de la crisis financiera de finales de la década pasada cuando pasó el 8%.
Hay quienes incluso creen que puede llegar a sobrepasar el 10%.
El gobierno Trump anunció la creación de un grupo de trabajo especial para reactivar la economía, tarea que desde muchos sectores se está pidiendo a gritos.
