El COVID-19 sacudió al mundo hace dos años y la variante Omicron nos está dando una nueva preocupación en este nuevo año. Mientras, la pandemia obliga a la gente a retirarse de reuniones sociales y muchos siguen trabajando desde la casa de manera remota, con los días que se convierten en fines de semana y en meses.
Con todo este estrés, aislamiento social y disrupción, no sorprende que la gente sienta los efectos, como el olvido o la dispersión mental. Quizás no hayas podido recordar un término común, qué día es o por qué fuiste a una habitación. Expertos dicen que el estrés prolongado puede afectar la memoria en el día a día y las destrezas cognitivas.
‘’Si estamos bajo mucho estrés, a veces puede impactar de manera negativa la recuperación mental de información’’, dijo Daniel Schacter, profesor de Psicología y director del Laboratorio Schater de la Memoria de la Universidad de Harvard.
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