Las campañas de vacunación contra el COVID-19 avanzan en varias partes del mundo, pero la rapidez con la que se han desarrollado estos fármacos ha despertado dudas sobre cómo funcionan y cuáles son sus efectos secundarios.
Por definición, las vacunas son medicamentos que ayudan al cuerpo humano a desarrollar inmunidad contra los virus o las bacterias, sin que para ello se deba contraer la enfermedad.
Como explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, cuando gérmenes como el virus que causa el COVID-19 atacan al organismo, estos se multiplican y causan una invasión, conocida como infección, que activa herramientas del sistema inmunitario para combatirla, sobre todo glóbulos blancos.
Hasta el 1 de febrero, el Registro de Vacunas contra el COVID-19 del London School of Hygiene & Tropical Medicine, que recoge datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y laboratorios médicos, había documentado 293 prototipos de antídotos contra el virus.
De ellos, 70 están en evaluaciones clínicas, 20 en fase III (avanzada) de pruebas y una decena ya han sido autorizados para su uso en diferentes regiones o en aplicación a pacientes.
Sin embargo, no todas estas vacunas anticovid utilizan las mismas tecnologías para combatir el coronavirus.
Hay al menos cuatro mecanismos preferidos por los científicos para tratar de proteger al organismo contra esta enfermedad -que ya deja en el mundo más de 2.2 millones de muertos y 100 millones de casos-: los virus desactivados o atenuados, las subunidades de proteína, el ARN Mensajero y los vectores virales.
VECTOR VIRAL
Vacunas anticovid con esta tecnología: Oxford-AstraZeneca, Sputnik V, Cansino y Janssen.
Esta clase de vacuna utiliza un virus diferente al SARS-CoV-2 y menos nocivo, por lo general disfrazado con proteínas del coronavirus, para generar una respuesta inmunitaria.
El virus causante del COVID-19 tiene varias proteínas que lo envuelven, entre ellas la conocida como "Spike" (espiga en español) que, además de darle su característica forma con crestas, dota al germen del Dominio de Adhesión al Receptor (RBD) o la "llave maestra" que le da acceso a las células.
Según científicos chinos que han estudiado el virus desde el inicio de la pandemia en Wuhan y han publicado sus hallazgos en la revista Science, utilizar esa proteína o bien atacarla es el mejor mecanismo para luchar contra la enfermedad.
"Para las vacunas de vectores virales contra el COVID-19, el vector (no el virus que causa el COVID-19) ingresa a una célula dentro de nuestro organismo y usa la maquinaria celular para producir una porción inocua del virus que causa la COVID-19", complementa la ficha de este tipo de vacunas de los CDC.
"Con estas instrucciones, nuestras células hacen copias de la proteína. Esto despierta en nuestro organismo una respuesta y empieza a crear linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir el virus si nos llegamos a infectar en el futuro", añade.
- VIRUS ATENUADO O DESACTIVADO
Vacunas anticovid con esta tecnología: Sinovac, SinoPharm, BharatBiotec o la Vacuna de la Academia China de Ciencias Médicas.
Esta es considerada la aproximación más extendida y conservadora de vacuna, debido a que imita el método que Edward Jenner ideó al final de la década de 1790 al utilizar la viruela bovina para proteger a los humanos de esa enfermedad.
Bajo este método, se inocula una versión completa del virus SARS-CoV-2 aunque debilitado o desactivado para que el cuerpo, sin el riesgo completo de la enfermedad, pueda generar anticuerpos necesarios para combatirla.
En el caso de los virus atenuados, estos han sido modificados para que no se puedan reproducir en el organismo huésped o bien para que no causen la enfermedad, mientras que, en la versión desactivada, el germen puede estar muerto.
De acuerdo con el portal web Vaccines.org, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU, "dado que estas vacunas son tan similares a la infección natural que ayudan a prevenir, crean una respuesta inmunitaria fuerte y de larga duración", si bien en el caso del coronavirus no hay evidencia científica que defina ese lapso.
- SUBUNIDADES DE PROTEÍNAS
Vacunas anticovid con esta tecnología: Novavax y Sanofi
En este tipo de antídotos se utilizan solo algunos componentes del virus para estimular una respuesta de las células inmunitarias. En el caso del COVID-19, utilizan la proteína "Spike" o el RBD.
Una vez la vacuna ingresa al organismo, el sistema inmunitario reconoce que dichas proteínas "son ajenas" y comienza a crear linfocitos T.
"Si nos llegamos a infectar en el futuro, las células de memoria reconocerán al virus y lo combatirán", aseguran los CDC.
Otras vacunas bajo esta tecnología dedicadas a otras enfermedades también recurren a partículas con forma del virus pero sin su material genético.
Según una reseña de Florian Krammer para la revista Nature, "la ventaja de estas vacunas es que se pueden producir sin manipular virus vivos" y varios fármacos de este tipo, como FluBlok para la influenza, ya han sido aprobados y sus fabricantes cuentan con una experiencia considerable en su producción.
- ARN Mensajero
Vacunas anticovid con esta tecnología: BioNTech/Pfizer, Moderna y CureVac.
Este es el enfoque de vacunas más novedoso utilizado hasta el momento para luchar contra la pandemia del coronavirus.
En este tipo de fármacos, denominado ARN Mensajero o ARNm, se suministra parte del código genético del virus para que las células aprendan a producir una proteína propia del virus, o incluso una porción de ella, y así desencadenar una respuesta inmune.
Esto quiere decir que las vacunas de ARNm no contienen el virus vivo que causa el COVID-19, sino "instrucciones" para las células inmunitarias, que después de su uso se descomponen y se deshacen de el material genético.
"Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 se aplican en el músculo del brazo. Una vez que las instrucciones (ARNm) se encuentran dentro de las células inmunitarias, las células las usan para producir una porción de la proteína", explican los CDC.
A partir de allí, el sistema inmunitario reconoce que la proteína es un cuerpo extraño y comienza a generar una respuesta inmunitaria y producir anticuerpos, "como sucede cuando se produce una infección natural contra el COVID-19", completó el organismo.