Luego de los hechos ocurridos en enero de 2016, con la desaparición y muerte de cinco jóvenes, el gobierno del estado de Veracruz, en México, ofreció una disculpa pública a los familiares de las víctimas.
La familia busca que el nombre de los jóvenes quede limpio, porque, dicen, no pertenecían al crimen organizado.
Y es que fueron policías estatales quienes los detuvieron de manera ilegal y los entregaron al cártel Jalisco Nueva Generación.
Bernardo Benítez, padre de una de las víctimas, dice que el escuchar a los funcionarios reconocer que todo se trató de una equivocación y que los jóvenes no estaban involucrados en ningún grupo criminal, reconforta su alma.
“Es lo que se busca, limpiar el nombre de nuestros hijos, porque en un principio los quisieron criminalizar”, dijo.
Lo mismo opinaron los padres y hermanos de los otros tres jóvenes y la menor de edad que aquel día fueron interceptados por los uniformados y llevados a un rancho, conocido ahora como “El Matadero”.
Y es que ahí se encontraron restos de ellos, pero también de decenas de más hombres y mujeres que sufrieron el mismo destino.
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Ahora, piden castigo para los responsables de las muertes.
Por estos hechos, las autoridades de Veracruz detuvieron a 21 personas. Por lo menos 19 de ellos eran policías. Todos se encuentran en la cárcel, pero hasta el momento, ninguno ha recibido una condena.