MADRID- El mundo de la moda se mueve por impulsos e impactos de fantasía, lo que parecía imposible, siempre consigue hacerse posible.
Jeremy Meeks, exconvicto, modelo y ahora diseñador.
Meeks es uno de esos casos que entra dentro de lo posible a pesar de lo imposible. De exconvicto pasó a modelo y ahora a crear su propia colección de moda.
En 2014, el ahora diseñador, fue apodado como "el preso más guapo del mundo", sus facciones, sus labios carnosos y su cristalina mirada azul no dejaban lugar a dudas.
Fue detenido en California por posesión ilegal de armas y condenado a dos años de prisión, pero no era su primer paso por la cárcel.
La fotografía con su ficha policial se hizo viral en redes, y un año después fue fichado por la agencia de modelos White Cross, que le subió de manera inminente a las pasarelas de la Semana de la moda de Nueva York.
A partir de ahí, su vinculación con el mundo de la moda ha ido "in crescendo": mantuvo dos años una relación con Chloe Green, heredera del imperio Topshop, con la que tiene un hijo, y ahora la empresa de productos textiles Fashion Concept GmbH, especializada en el uso de materiales sostenibles, ha firmado un acuerdo de 15 millones de dólares con el modelo para que desarrolle su propia marca.
