TOKIO— Japón empezará a descargar el agua residual radioactiva —ya tratada y diluida— de la nucleoeléctrica de Fukushima al Océano Pacífico a partir del jueves, una medida controvertida pero esencial en el largo trabajo para clausurarla 12 años después del desastre en sus reactores.
El primer ministro Fumio Kishida dio el visto bueno final el martes en una reunión de ministros del gabinete involucrados en el plan, e instruyó al operador, la empresa Tokyo Electric Power Company Holdings (TEPCO), a que esté listo para empezar a verter el agua en la costa el jueves si el clima y las condiciones del mar lo permiten.
Kishida dijo en la reunión que la descarga del agua es esencial para el avance en el desmantelamiento de la planta y la recuperación de la prefectura de Fukushima tras el desastre del 11 de marzo de 2011.
Indicó que el gobierno ha hecho todo lo posible hasta ahora para asegurar la seguridad, combatir el daño a la reputación de las empresas pesqueras, y proporcionar una explicación transparente y científica con el fin de ganar aceptación dentro y fuera del país. Se comprometió a que el gobierno continuará las labores hasta el fin del vertido y el desmantelamiento, el cual requerirá décadas.
Un enorme terremoto y un tsunami subsecuente destruyeron los sistemas de enfriamiento de la planta Daiichi de Fukushima, lo cual provocó que tres de sus reactores se fundieran y que el agua para enfriarlos se contaminara. Dicha agua es recolectada, filtrada y almacenada en unos 1,000 tanques, los cuales ocupan gran parte del terreno de la planta y alcanzarán su capacidad máxima en 2024.
Grupos pesqueros japoneses se han opuesto firmemente al plan de vertido de las aguas residuales, ya que temen que la reputación de los mariscos que extraen del mar se vea más afectada. Grupos en China y Corea del Sur también han planteado su preocupación, lo que lo ha convertido en un tema político y diplomático.
El gobierno y TEPCO dicen que es necesario que el agua regrese al mar con el fin de hacer espacio para el desmantelamiento de la planta y para prevenir filtraciones accidentales de los tanques.
Junichi Matsumoto, ejecutivo de TEPCO a cargo de la descarga del agua, dijo en una entrevista con The Associated Press el mes pasado que el vertido representa "un hito", pero sigue siendo sólo un paso inicial en el proceso de desmantelamiento.
El gobierno y TEPCO dicen que el tratamiento y la dilución harán que el agua residual sea más segura de lo que marcan los estándares internacionales, y que su impacto ambiental será insignificante. Pero algunos científicos consideran que el impacto a largo plazo de la radioactividad a dosis bajas que continúa en el agua requiere atención.