Una de las imágenes que más llamó la atención durante la coronación del rey Charles III como nuevo monarca británica la protagonizó el príncipe William.
Durante la ceremonia, el príncipe William se arrodilló ante su padre el rey Carlos III, para jurar su lealtad al monarca.
“Seré su vasallo y devoto servidor. Que Dios me ayude”, dijo.
Tradicionalmente, los miembros de la realeza y los lores se arrodillan ante su nuevo monarca y le rinden homenaje.
Sin embargo, esta vez ese gesto fue reemplazado por lo que los organizadores han llamado como “El homenaje del pueblo”: las personas que miran en casa y desean hacerlo están invitadas a decir “Dios salve al rey Carlos”, o seguir las palabras de la liturgia.