WASHINGTON - El presidente Joe Biden le autorizó a Ucrania utilizar armamento estadounidense para llevar a cabo ataques en territorio ruso con el propósito limitado de defender la ciudad de Kharkiv, según tres funcionarios estadounidenses al tanto del asunto.
Los funcionarios, quienes hablaron a condición de guardar el anonimato a fin de poder declarar sobre el delicado tema, subrayaron que la política estadounidense de pedirle a Ucrania que no use misiles de tipo ATACMS o misiles de largo alcance y otras municiones proporcionadas por Estados Unidos para lanzar ataques en territorio ruso no ha sido modificada.
La directriz de Biden permite que las armas suministradas por Washington se utilicen con “fines de contrafuego en la región de Kharkiv para que Ucrania pueda contraatacar a las fuerzas rusas que la están atacando o se preparan para atacarla”, dijo un funcionario.
La decisión llega en un momento en que las autoridades ucranianas han intensificado sus exhortaciones al gobierno estadounidense para que permita a sus fuerzas defenderse de ataques originados en territorio ruso.
Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, se encuentra a sólo 12 millas de la frontera rusa.
La decisión de Biden fue reportada en primera instancia por Politico.
Funcionarios ucranianos, en particular el presidente Volodymyr Zelenskyy, se han mostrado cada vez más firmes en su argumento de que la restricción estaba poniendo a las fuerzas ucranianas en una situación insostenible a medida que Moscú intensificaba los ataques en torno a la región nororiental de Kharkiv.
Rusia ha aprovechado un prolongado retraso en la reposición de la ayuda militar estadounidense, mientras que la inadecuada producción militar de Europa Occidental ha ralentizado entregas cruciales al campo de batalla para Ucrania.
Durante la visita del secretario de Estado estadounidense Antony Blinken a Kiev hace dos semanas, Zelenskyy defendió el uso de armas estadounidenses para contraatacar las posiciones rusas desde las que se lanzan ataques contra el norte y el noreste de Ucrania, según tres funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato para poder declarar sobre deliberaciones internas del gobierno.