TIJUANA- La violencia en Baja California no conoce fronteras, y es que, en menos de un mes, cuatro residentes de San Diego fueron víctimas de actos violentos por las calles de la ciudad de Tijuana.
TELEMUNDO 20 investigó que es lo que pasa cuando los familiares de las víctimas no van al sur de la frontera a levantar un acta para que se abra una investigación.
“Muchas veces hay personas que tienen información, pero tienen miedo de salir con la nueva información que va ayudar el caso”, explicó Pete Carrillo, investigador privado en ambos lados de la frontera y quien fue detective del Departamento del Alguacil por casi 3 décadas.
De acuerdo a expertos, hay temor a represalias e incluso personas que no quieren hablar por alguna supuesta venganza de parte de algún cartel.
Además, los familiares de víctimas pueden enfrentar desconocimiento sobre las leyes mexicanas, lo cual puede resultar en la mejor arma de los delincuentes en Baja California, según Carrillo.
“Es difícil navegar saber con quién ir y pedir ayuda con que agencia”, agregó.
Una mujer quien aseguró que era amiga de Dario Baeza nos concedió una entrevista por teléfono y nos pidió distorsionar su voz ya que dijo que temía por su seguridad, después de que su amigo fue baleado en la cabeza el pasado 3 de agosto en la Zona Río de Tijuana.
Según la fiscalía, fue un ataque directo a las personas que se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas frente a un domicilio y no un enfrentamiento entre carteles y aunque hay una investigación, familiares y amigos piden justicia.
“Sabemos que tienen muchas muertes, pero necesitan hacer su trabajo, como van a traer justicia a las familias”, señaló la presunta amiga de una de las recientes víctimas.
Baeza de 27 años, apasionado del futbol fue el más reciente estadounidense y residente de San Diego que pierde la vida de forma violenta en Tijuana.
El pasado 15 de julio, el cuerpo desnudo de Leah Hernández de 22 años, fue localizado en el hotel San Ysidro en la colonia Coahuila en Tijuana, y su padre aseguró que presentada golpes en la cara.
Y este mismo mes, dos jóvenes más fueron baleados en Tijuana, uno murió y otro se debate entre la vida y la muerte.
“Con lo que está pasando y todas las muertes todos los días no le recomiendo a nadie ni ir de compras”, dijo la presunta amiga de una de las recientes víctimas.
En el caso de Baeza, según la fiscalía de Baja California, si hay una investigación abierta por tratarse de un crimen violento, pero ese no fue el caso de Hernández, cuya muerte fue determinada como homicidio involuntario, por lo que sus familiares deben levantar un acta si quieren que se abra una investigación ya que ellos sospechan que fue un asesinato.
“A mi hija nos la mataron y le robaron todo, ¿qué más quiere el fiscal de Tijuana?”, cuestionó Javier Hernández, padre de Leah Hernández.
Sin embargo, para que la fiscalía abra una investigación sobre la muerte de su familiar, el padre de Leah Hernández o cualquier otra persona debe hacerlo en persona en la fiscalía, y de temer por su vida, puede hacerlo vía internet y decir la razón por la cual no desea ir a esa ciudad y es a discreción de la fiscalía si le permite hacer su declaración en San Diego a donde envían a un agente del ministerio público.
Según la fiscalía, se necesita un motivo válido para que las personas no vayan a Baja California hacer la declaración, y aseguraron que temor no es un motivo válido a menos tengan pruebas de amenazas, y aseguraron que depende de cada caso.
Y los familiares o seres queridos de alguna víctima de violencia que piensen que las autoridades de Baja California no están haciendo su trabajo al investigar un crimen, pueden contratar a un investigador privado, quienes cobran alrededor de $250 la hora, y quienes pueden recaudar evidencia que se puede presentar a la fiscalía.
