MÉXICO - La máxima alerta por COVID-19 se reactivó este sábado en Ciudad de México, capital que afronta su peor momento de la pandemia y una crisis navideña luego de que se decidiera que los comercios no esenciales cerraran desde ahora y hasta el 10 de enero.
El color rojo del semáforo epidemiológico, máximo nivel de riesgo, se enciende ya que la ciudad padece de una saturación hospitalaria de casi 85% en sus camas generales, más que en ningún otro momento de la crisis sanitaria derivada del coronavirus.
De los 57 hospitales públicos para atender COVID-19, hay 12 completamente llenos, una cifra que asciende a 27 al considerar aquellos con 90% o más de ocupación, de acuerdo con el Sistema de Información de la Red de Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG).
"Esto se hubiera hecho desde hace un mes, hace dos meses, desgraciadamente ahorita con la época navideña, decembrina, pues todos buscamos el pan de cada día o las cosas más baratas", lamentó Beatriz Heredia, jubilada que llegó al centro histórico para comprar medicamentos.
Se estima que estas nuevas medidas de emergencia causarán pérdidas por 48,554 millones de pesos (unos $2,427 millones) en ventas, advirtió la Cámara Nacional de Comercio (Canaco).
También podría dejar en quiebra a ocho de cada 10 restaurantes, según la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
"El gobierno indicó qué teníamos que hacer, nosotros no obedecimos, entonces ahorita estamos pagando las consecuencias todos, tanto personas que no estamos en el ámbito comercial, como las personas que viven de ello", expresó Heredia.
DECISIÓN IMPOSTERGABLE
Los comercios del centro histórico de Ciudad de México, llenos un día antes por las compras navideñas de pánico, ahora lucían con sus cortinas abajo, pese al persistente flujo de transeúntes y vendedores ambulantes.
"Aquí hay muchos vendedores informales y son los que traen todo eso, traen ropa, que los cubrebocas, que las caretas, o sea, muchas cosas que no son esenciales", opinó Ana Bejarano, una trabajadora de un negocio de comida de la zona.
El semáforo rojo, anunciado por Ciudad de México y su vecino Estado de México, solo permite operar al sector de alimentos, restaurantes con comida para llevar, energía, telecomunicaciones, medicamentos, talleres de refacciones, y obras y servicios públicos.
Comerciantes reaccionaron con solidaridad, pero cuestionaron la estrategia del gobierno de la capital y de la federación por resistirse a declarar la emergencia sanitaria desde hace semanas, cuando ya era evidente el alza de contagios.
Aun así, también reconocieron la responsabilidad de los ciudadanos, quienes aún esta mañana abarrotaban el área pese a la presencia de elementos de seguridad.
"Aquí la gente no hace caso, la verdad. Esa es la verdad, la gente no hace caso, vienen con familias completas, traen bebés, traen niños sin cubrebocas, sin ninguna protección", manifestó Bejarano.
UNA NUEVA CRISIS
El gobierno de México ha reconocido que el país experimenta su segundo pico de la pandemia, con más de 117,000 muertes y 1.3 millones de casos, con incrementos diarios que superan los 10,000 contagios.
De estas cifras, Ciudad de México concentra más de 282,000 diagnósticos positivos y casi 20,000 fallecidos.
"Hoy lo más importante es la salud y la vida. Sé que son momentos difíciles, pero urge bajar la curva de contagios. Recuerden que cada una de nuestras acciones impacta en la reducción o aumento de contagios", pidió este sábado Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México.
El presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, quien había insistido en que no habría saturación hospitalaria en Ciudad de México, reconoció también la delicada situación de la capital del país.
"Ha sido terrible enfrentar esta pandemia, pero vamos saliendo, ahora se tuvo que decidir por los médicos, declarar en semáforo rojo la Ciudad de México, por el número de contagios y para evitar que nos rebasara la pandemia", admitió en un evento público en Yucatán, estado del sureste.
Pero López Obrador afirmó que "afortunadamente esto no es lo que está pasando en todo el país", al precisar que solo ocho de los 32 estados presentan un incremento de contagios.
El mandatario, quien ha cuestionado el uso obligatorio del cubrebocas y las medidas "autoritarias" para frenar la pandemia, defendió una respuesta "equilibrada" entre la salud y la economía.
"Se tiene que equilibrar la acción en lo sanitario, es decir, el enfrentar la pandemia como se ha venido haciendo y también reactivar nuestra economía, no podemos solo dedicarnos a atender la pandemia, a cerrar la actividad económica por completo en el país porque sería muy grave", comentó.