MÉXICO - Poco más de 100,000 familias en México han tenido que decir adiós a sus seres queridos porque se los arrabató la pandemia de COVID-19.
"Esta es una cantidad, desde luego, inusual", expresó el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dice que la evolución de esta crisis es normal y asegura que la estrategia para enfrentarla ha sido la correcta.
"México es de los países de América con menos fallecidos en proporción a su población", aseguró López Obrador.
Pero para nadie es un secreto que en muchas entidades se han relajado las medidas de prevención provocando que el virus se propague aún más.
Hasta hace unas semanas las calles de México lucían vacías, pero hoy el panorama es otro: la normalidad ha regresado y la sana distancia se quedó atrás.
En el corazón del país, las autoridades reportan que tal y como dan cuenta los ciudadanos, como Rocío Rendón, las fiestas y reuniones han aumentado en más del 600%.
"Mucha gente no cree lo que está pasando, cree que es mentira, ya hasta cuando ve a un muerto en su familia entiende", considera Rendón.
Los lugares públicos como el sistema de transporte colectivo Metro están saturados, porque la gente, dice Mario Olvera, ha tenido que retomar sus actividades.
"Muchos tenemos que salir a trabajar si no, no tenemos cómo vivir, comer", asegura Olvera.
Ante ello el número de hospitalizaciones se disparó, afirmó la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y el semáforo de alerta está a punto de regresar a rojo en Ciudad de México.
"De seguir esta tendencia de las últimas semanas, estaríamos hacia finales de diciembre con la misma ocupación hospitalaria de mayo", alertó Sheinbaum.
Hasta ahora en todo el país se ha descartado implementar un toque de queda, pero los funcionarios han llamado a fortalecer las medidas sanitarias antes de que sea demasiado tarde.