MÉXICO - ¿Para qué? Para enfrentar, trabajar sus emociones, la impotencia que siente a veces, la frustración, el enojo. Por eso, las asesoras responden una tras otra las llamadas porque el teléfono no deja de sonar.
"Sí, es importante, Gabriela, no dejar la terapia", dice una de las asesoras.
Del otro lado de la línea hay alguien sufriendo una crisis emocional, producida por el encierro, la incertidumbre, el dolor y las pérdidas que está dejando el COVID-19 en México.
"Actualmente estamos viviendo ya situaciones más intensas, más fuertes en cuestión de violencia, depresión, ansiedad e incluso intentos suicidas; la gente se está agotado, está cansada de hacerle frente a la pandemia", detalla Adriana Reyes, supervisora de Línea de la Vida.
Línea de la Vida atiende esos casos y dice que de 10 meses a la fecha la demanda de auxilio incrementó en las redes sociales en un 400% y las llamadas se duplicaron.
Hasta antes de que empezara la crisis sanitaria, los adultos eran los que más llamaban, pero ahora también se han sumado niños de todas las edades, casi encabezando la lista de solicitudes de asistencia.
Marcando el número de apoyo o escribiendo al chat, Donají Leñer trata de encontrar asistencia para enfrentar la ansiedad y desesperación que le está provocando el aislamiento.
"Muchas veces por la falta de contacto humano llegas a pensar hasta mil y un cosas y empiezas a contar en la ausencia, ya no hay contacto, sensibilidad, complicidad", explica Leñer.
La joven mujer es hipertensa por lo que no ha salido en todo este tiempo y entre las cuatro paredes de su casa, le explica a su interlocutora, se siente como en un agujero que poco a poco la está consumiendo.
"Necesito socializar, necesito salir, ya no puedo más", dice mientras llora. "Volví a caer en esa tentación, en esos pensamientos otra vez".
Las crisis de esta paciente han logrado ser controladas, así como las de muchas otras personas que son escuchadas por quienes a pesar de su cansancio saben que sus palabras y esfuerzos están ayudando a salvar vidas.