CIUDAD DE MÉXICO - Con tristeza y desesperación, Juan Pérez confirmó que fue inmunizado contra el COVID-19 con la vacuna Sputnik V y ahora no podrá ir a ver a sus hijos.
"Jamás nos explicaron que no podíamos viajar", dijo Pérez, quien junto con su esposa esperaba con ilusión el día en que Estados Unidos abriera su frontera con México para reencontrarse con sus hijos después de casi dos años.
Pero nunca imaginaron que el vecino país del norte anunciara que esa vacuna rusa y la CanSino, elaborada en China, no serían válidas para ingresar a Estados Unidos.
"Es injusto por un lado, porque no le explican a uno. Nada más 'ahí te va la vacuna y ya'", dice Pérez.
Martha Reyes sufre el mismo agobio. Desde hace años se mantiene vendiendo mercancía que trae desde el otro lado; la pandemia la puso al borde de la quiebra y ahora sus esperanzas de recuperarse se han anulado.
"Voy a tener que buscar alguna otra opción para poder vacunarme y poder realizar mis planes", dice Reyes.
Miles de mexicanos más también fueron vacunados con esas fórmulas que aún no han sido autorizadas por la Organización Mundial de la Salud.
Cerca de 13 millones de dosis de esas marcas han sido aplicadas en este país, el personal docente fue el primero en recibirlas y en la actualidad se las están administrando sobre todo a los jóvenes de 18 a 29 años.
El presidente López Obrador ha urgido a aprobar el uso de esas vacunas, lejos de intereses políticos o ideológicos.
"No es posible que porque hay una vacuna que se produce en un país con un sistema político se le trate de marginar", dijo López Obrador.
Diversas organizaciones como Curarse en salud se han sumado a este llamado, pues consideran que esta decisión viola las libertades de las personas.
"Porque aparte de la salud tenemos derecho a la movilidad", afirma Blanca Rodríguez, directora de Curarse en salud.
Por lo pronto muchos de los que ya estaban haciendo maletas, tendrán que posponer sus planes.
