MÉXICO - Preparar una bebida alcohólica a cualquier hora del día se ha vuelto una costumbre para Ángel y sus amigos.
El estudiante de 16 años dice que desde que la pandemia comenzó, el encierro y las clases en línea han sido un aliado para improvisar encuentros donde los invitados especiales son “los tragos” y las drogas.
"Hay unos que te dicen '¡órale vamos a tomar ya del diario!' y pues ya tomamos hasta del diario; ya está se nos hace a cada rato", dice Ángel.
Con el pretexto de hacer la tarea o simplemente de no sentirse aburridos, revela Diego, miles de adolescentes y jóvenes mexicanos están encontrando refugio en las adicciones.
"Pasamos mucho tiempo solos y entre tanto ocio y tantas cosas que hacer, es más fácil empezar a beber a drogarnos", dice Diego.
“La OMS nos ha pedido que estemos alertas", comparte la psiquiatra Carmen Amezcua, quien asegura que el consumo de alcohol entre los jóvenes ha crecido en casi un 15% desde que el COVID-19 limitó su movilidad.
"Determino un porcentaje por arriba del 200% en mujeres menores de 12 años", alerta Amezcua.
Las cifras indican que 4 de cada 10 menores de edad en el país tiene una adicción de este tipo.
Los expertos en el tema anticipan que los efectos de este problema apenas se están reflejando.
"Creo que ahorita que están en el confinamiento, nada más andan en el desastre lo que menos quieren es la ayuda. Es cuando más te los encuentras en la calle drogándose, alcoholizándose", dice Leonardo, que es padrino en un grupo de ayuda para jóvenes.
El experto en rehabilitación cree que mientras los “ chavos”, como les llama, sigan sin realizar sus actividades continuarán en ese camino, aunque sepan que podría ser su perdición.
