Con temperaturas rozando los cien grados en esta ola de calor con la que agosto despide al condado de San Diego, trabajar una jornada completa a pleno sol tiene sus peligros.
“Está un poquito caliento, pero aquí el patrón nos dice que cada 15 minutos tenemos que tomar agua, cuidarnos”, aseguró Alberto Santana, un trabajador de la construcción en San Diego.
Mantenerse hidratados es la prioridad para todos aquellos que realizan sus labores diarias en el exterior. Trabajadores de la construcción, jardineros, salvavidas y otras profesiones tienen que adaptar sus costumbres a las temperaturas del verano, y cuidarse los unos a los otros.
“Que en caso de que alguien se siente mal, que esté un compañero cerca de contigua, cuidarlo, ponerlo a la sombra”, continuó Santana. Pero, en su opinión, aunque las temperaturas están “un poquito calientes”, mientras sigan las instrucciones “todo está bien”.
Santana ha trabajado en el sector de la construcción 28 años, y dice haber realizado sus labores en temperaturas mucho más altas que los 100 grados. “Hemos trabajado en 29 Palms a 110 o 115 grados de temperatura, y aquí estamos en el cielo, 90-95 está bien”.
Y es que para que los sitios de trabajo de la construcción se clausuren, los termómetros tienen que alcanzar los 120 grados.
Steve Richardson también trabaja en la construcción, y en sus 20 años de experiencia ha aprendido que tan importante como beber agua frecuentemente cuando aprieta el calor es proteger su piel. “Nos ponemos un pañuelo que cubra nuestra nuca, y sobre eso el gorro duro. Así la nuca permanece fresca. Mientras mantengas el sol lejos de tu nuca y lleves manga larga, te mantienes fresco”, explicó Richardson.
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Pero como en todo trabajo, lo más importante es tener un buen jefe. “La verdad es que nos da bastante descanso”, dijo Santana, “y el patrón, si alguien se siente mal, quiere que agarre descanso aunque no sea su tiempo.”