TIJUANA- Autoridades federales en México colocaron a Baja California de nueva cuenta en semáforo naranja para la semana de 23 de noviembre, pero en plena temporada invernal y con el riesgo inminente de la influenza y el COVID-19 en ambos lados de la frontera, hay preocupación por parte de la comunidad tijuanense que no descartan un cambio a color rojo.
“Siguen saliendo siguen haciendo sus actividades muy normales y yo creo que debería de llegar a rojo porque está repuntando otra vez”, dijo a TELEMUNDO 20 Daniel Landeros, residente de Tijuana.
Sin embargo, son las autoridades estatales quienes tienen la última palabra en el semáforo epidemiológico.
Según dio a conocer el coordinador de promoción de la salud federal, Ricardo Cortez, en la videoconferencia diaria, en México, esta semana estarán dos entidades en color rojo, que es el máximo nivel de riesgo, y se trató de Durango y Chihuahua.
Y 14 se estados se colocaron en coloración naranja incluyendo a Baja California, 14 más en amarillo, y dos en semáforo verde.
Esta fue la primera vez que dos entidades, Campeche y Chiapas, se encuentran en el menor riesgo posible.
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Sin embargo, el panorama para Baja California, con un incremento constante en casos, pacientes intubados y ocupación hospitalaria durante el último mes, el semáforo naranja para algunos ciudadanos como Jessica Reyes, debería de regresar a rojo.
“Porque la gente igual ya está saliendo anda en bares, en los antros, restaurantes, en la calle como si nada, ya no toma sus medidas preventivas como es el traer cubrebocas, igual en el transporte público ya mucho, y se suben como si nada”, señaló Jessica Reyes, residente de Tijuana.
La movilidad transfronteriza tampoco se detiene y mientras en California se toman medidas más restrictivas como el toque de queda que entra en vigor la noche de este sábado, del lado mexicano de la frontera en Tijuana, hubo quienes piden más control como Juan Zúñiga, residente fronterizo.
“Necesitamos un poquito más de control tener más conciencia porque hay unas personas que de a tiro no lo creen o no sé”, comentó.
Pues el temor que prevalece es el repunte de los casos de COVID-19 combinados con la influenza en esta temporada invernal, una mezcla viral que eleva el riesgo de muerte.
“Desde el inicio de la pandemia en febrero cuando se empieza a trabajar en todo el tema se sabía que en temporada invernal iba a ser un reto para nosotros el poder combatir las enfermedades al mismo tiempo que es la influenza y el COVID(-19) y de todas las enfermedades que ya están en la lista”, dijo Adrián Alejandro Valverde, coordinador de promoción de la salud jurisdicción sanitaria.
La vacunación es la carta fuerte, pero en los últimos días la demanda agotó las vacunas de la influenza en la mayoría de los municipios de Baja California.
Autoridades estatales confirmaron que una remesa de 100,000 vacunas llegaría el pasado 20 de noviembre a la región, pero este sábado algunos ciudadanos manifestaron que las vacunas aún estaban limitadas.
“Como ha habido mucha gente o no sé si ha habido pocas vacunas, la gente ha tardado o han tenido que dar vueltas otra vez para poder vacunarse”, agregó Landeros.
En el módulo de la jurisdicción sanitaria en Tijuana, este día se contaba solamente con 40 dosis disponibles de la vacuna. Sin embargo, de acuerdo con personal médico, se espera que el próximo lunes se comiencen aplicar las vacunas del nuevo lote en los diferentes centros de salud.
De acuerdo con las autoridades de la Secretaría de Salud en Baja California, para el 31 de diciembre se busca completar una meta de 900,000 vacunas contra la influenza aplicadas en la entidad, pues, aunque aún no hay registro de pacientes que presenten ambas enfermedades en conjunto, este tipo de casos ya se han registrado en otros estados de la república mexicana.
