SAN YSIDRO- Uno de los sectores que más ha sentido las repercusiones económicas del cruce parcial de la frontera de México con Estados Unidos, es el de transporte de los pasajeros que cruzan por San Ysidro.
Algunos transportistas señalaron que la ausencia del turista mexicano los tiene al borde la quiebra.
“Nos ha afectado económica y emocionalmente”, expresó Raúl Méndez, conductor.
Para Méndez, este martes, fue otro día de pérdidas y manos cruzadas.
“Si eso sigue cerrado vamos a perder las compañías”, dijo Audelio López, propietario de vehículos y conductor.
El cierre parcial de la frontera de México con Estados Unidos, permitiendo solamente viajes esenciales, tiene a estos transportistas con la soga al cuello.
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“Estimamos que un 70% de nuestro pasaje es de personas con visa, definitivamente las empresas del transporte que estamos ubicados en San Ysidro dependemos del turismo”, señaló Sabas Ruacho, Administrador del Consejo de Transporte Fronterizo.
Un turismo que no llega, pues a pesar de que el Departamento de Estado relajó la advertencia de absolutamente no viajar a México al nivel 3, el cual recomienda que no viaje, el cruce fronterizo de México a Estados Unidos es sólo para residentes y ciudadanos estadunidenses que requieran viajar por motivos de primer orden.
“Cuando la van antes se podía ir con 14 pasajeros, ahorita se puede ir con 7 o 5 pasajeros”, dijo.
Además, como parte de las medidas de prevención del COVID-19, el Departamento de Transporte (DOT, por sus siglas en inglés) les prohibió transportar a más de 10 pasajeros.
“Si son diez o doce unidades que normalmente están trabajando, ahorita son solamente 4 o 5 las demás están estacionadas, los choferes se fueron de vacaciones, a todos los descanse. Choferes de pago no hay ninguno, no se puede”, agregó López. “Tú me das menos pasajeros, es menos ganancia para mi y ahorita apenitas estamos sobreviviendo para echarle gasolina al vehículo, subir y bajar y no parar el servicio”.
Para los Centros del Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), viajar y regresar de México constituye un alto riesgo de contraer y propagar el virus, por lo cual aconsejan la suspensión voluntaria de los viajes esenciales al país vecino.
“Nunca, teníamos crisis pero no como esta”, dijo Cuitlahuac Zepeda, conductor, sobre la situación actual.
La mayoría los conductores de estas flotillas de trasportación son operadores personales, como Méndez.
“Estamos hablando de 2,500 a 5 mil dólares de gastos anuales no más en mantenimiento”, dijo Méndez.
Por lo cual cargan con el peso del mantenimiento y los gastos de las unidades. Un lastre que ya sobra.
“Sin yo no puedo ya con la unidad, yo se la voy a entregar al administrador de la empresa para que ellos se hagan cargo”, agregó.
Zepeda dijo que si alguien sabe de lo duro que les ha golpeado el coronavirus es él.
“Ay Dios! En las deudas atrasadas de pago de casa, de pagos de abono de carros de seguro, todo atrasado”, comentó Zepeda. “Dieciséis días en el hospital, a punto de muerte, tres semanas en mi casa y apenas tengo dos semanas caminando en la banqueta de nuevo, ¿en dónde contraje el virus en la camioneta con mi pasaje o en la calle caminando? No sabemos”.
Estas pequeñas compañías de transporte dijeron que no resistirán sin las restricciones de viajes entre México y Estados Unidos continúan después del 21 de octubre, pues sus gastos operacionales han continuado, los libros de cuentas están en números rojos y el pasajero no llega.