SAN DIEGO - Mas de 18,500 solicitantes de asilo han sido liberados desde septiembre a la fecha en el condado San Diego de acuerdo con las autoridades de aduanas y protección fronteriza (CBP), un número que de acuerdo con las autoridades locales podría ser mayor y que viene acompañado de grandes problemas.
Steven es uno de los por lo menos 18,500 migrantes que ha llegado en el último mes a San Diego. “Ya cuando llegué acá, llegué con el miedo de no saber en donde me iba a quedar, qué iba a hacer”, dijo el migrante colombiano.
Hace ocho días fue liberado en la estación Iris en Otay Mesa, al sur del condado de San Diego. Durante su proceso en la frontera fue separado de su esposa y dijo que pasaba todos los días pendiente y con la incertidumbre de si llegaba o no a la estación.
Asociaciones como Al Otro Lado dijeron que han documentado estos casos, donde las familias son separadas durante el proceso, algo que aseguran afecta más a los migrantes.
“Estamos documentando muchos casos donde a un integrante de la familia lo pueden liberar por ejemplo en la estación Iris, pero a otro lo pueden haber llevado a Jacumba al campamento, estamos documentando eso, eso es una grave violación a derechos humanos, y hemos visto que es recurrente”, explicó Soraya Vázquez, subdirectora de Al Otro Lado.
Jacumba es una zona desértica en la frontera sureste San Diego.
Local
“Un lugar donde las condiciones son bastante adversas tanto por el clima como por el medio ambiente es un lugar desértico, donde no hay una infraestructura para atender a las personas. Entonces nosotros y otras organizaciones de sociedad civil, hemos estado yendo a brindar ayuda humanitaria y a documentar también la situación que las personas están viviendo allá”, dijo Vazquez.
Por su parte, el supervisor Jim Desmond, aseguró que más bien son 20,000 solicitantes de asilo que han sido liberados en San Diego desde el mes pasado, un número que de seguir la tendencia podría subir a 52,000 para finales del 2023. Alrededor de 600 migrantes son liberados diariamente.
Mientras tanto las iglesias y otras organizaciones civiles están al límite tratando de cubrir las necesidades básicas de los miles de migrantes y refugiados que son liberados en las calles de San Diego.
“Un gran grupo como hemos dicho las semanas pasadas, el trabajo se ha multiplicado o hasta triplicado”, dijo Jackeline Wilson, pastora de la iglesia cristina Getsemani.
Estas organizaciones dependen de los apoyos de la comunidad, poniendo camas extras o juntando provisiones adicionales
“Comprar más camitas, hemos tenido que comprar más bolsas de cama, también hemos tenido que reservar más cuartos y pedir más apoyos a voluntarios para que nos ayuden a transportarlos a algunos al aeropuerto, que nos ayuden con comida”, comentó Wilson.
Steven agradece estas ayudas, ya que contó que sus sueños son muchos ya desde Estados Unidos y la posibilidad de regresar a Colombia prácticamente es imposible: “De verdad si lo necesitamos, poque allá abajo en Colombia con los grupos armados nos tocó salir huyendo y es muy complicado de verdad poder como defenderse de eso”.
El supervisor del distrito cinco dijo en un comunicado que el director de la patrulla fronteriza hablo de por lo menos 18,000 migrantes que han ingresado a Estados Unidos sin ser identificados, lo que tiene también a los agentes trabajando al máximo en la zona fronteriza.