IMPERIAL BEACH, California- La pesca ilegal, tanto comercial como recreativa, se suma al problema de la contaminación binacional que afecta directamente nuestro mar. Las embarcaciones que ingresen a reservas protegidas enfrentan multas de hasta $40,000 y un año de prisión.
Según Fay Crevoshay, directora de comunicaciones y políticas públicas de Wildcoast, su organización utiliza radares para detectar barcos que operan en áreas restringidas.
Lillie Mulligan, coordinadora de conservación oceánica, es una de las científicas que se adentra en las zonas protegidas de San Diego para orientar a quienes pescan ilegalmente y tratar de frenar esta práctica.
Wildcoast ha instalado al menos dos radares ocultos y uno en el muelle del Instituto Oceanográfico de Scripps, lo que protege al menos cinco de las once áreas protegidas en San Diego.
“Los radares que utilizamos son costosos, por lo que solo contamos con tres para cuidar cinco áreas, pero la intención es incrementar esa cantidad”, explicó Crevoshay.
Por ejemplo, en el condado de San Diego, la Reserva Marina Estatal del Sur de La Jolla abarca cinco millas cuadradas donde se prohíbe cualquier forma de extracción de recursos, incluida la pesca, una normativa que muchos ignoran o desconocen.
“Queremos asegurar un futuro para la pesca; no se trata de acabar con ella, sino de garantizar que los pescadores encuentren peces cuando salgan a pescar”, enfatizó Crevoshay.
Local
Los estudios del Instituto Scripps indican que los peces protegidos en la reserva han crecido más, lo que aumenta su capacidad reproductiva y favorece la conservación de los arrecifes y hábitats marinos.
Uno de los radares de Wildcoast cubre 17,000 millas en las aguas de San Diego, y los activistas informaron que, durante la temporada alta, descubren un promedio de hasta dos casos de pesca ilegal por semana, aunque en ocasiones el número es mucho mayor.
“En julio, durante la temporada de pesca, se detectaron 40 embarcaciones recreativas pescando ilegalmente dentro de la zona protegida”, detalló Mulligan.
La magnitud del problema es tan grande que, en diciembre de 2023, una embarcación comercial fue declarada culpable en corte por pescar y retener peces en la reserva marina al sur de La Jolla, siendo un caso de reincidencia, según Crevoshay.
El monitoreo de estas actividades es constante, con un equipo que trabaja las 24 horas para advertir sobre más amenazas en el mar.
Una de las ventajas de vivir en una de las costas con el mejor clima y una de las zonas marinas más diversas del mundo es poder disfrutar de su fauna.
Desde enero de 2019, las multas para embarcaciones que pesquen en zonas protegidas entraron en vigor gracias a la ley estatal 2369. Para reportar actividades ilegales, se puede llamar al 1-800-334-2258, del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California.