LA JOLLA - Una pequeña cinta con una cápsula que se pega a los cubrebocas es lo más reciente que un grupo de investigadores de UCSD están desarrollando. Al activarla, esta detectaría en solo segundos si el usuario ha sido expuesto al COVID-19.
"Al final del día cuando llegues a tu casa, aplastas la capsulita con la solución y esta va impregnar el cubrebocas y va cambiar de color si estuviste en contacto con alguien que tuvo el virus", dijo Palma Chávez, investigador de nanoingenería Jorge Arturo de UCSD quien colabora en el proyecto.
¿Pero, qué pasaría si uno no se rodea con nadie y aún arroja una solución positiva tras portar la cinta?
"Digamos que esto puede detectar tanto si tu tienes este virus por que esas partículas que van acumulándose en el cubrebocas estaban siendo expulsadas por ti o alguien con quien tuviste contacto que tenía el virus", señaló Palma.
El doctor Palma Chávez cuenta que de obtener un cambio de color tras presionar la cápsula, entonces se recomienda ir a hacerse una prueba tradicional lo antes posible.
"De ninguna manera queremos reemplazar las pruebas de COVID pero esto apoyaría mucho a la gente a darles una alerta", afirmó Palma.
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Los nanoingenieros de UCSD pudieron crear este sensor gracias a un obsequio de $1.3 millones por las Instituciones Nacionales de Salud.
"Después de hacer algunos experimentos en el laborotario y que tuvimos buenos resultados es que pensamos que sería una muy buena idea adaptarlos a los cubrebocas que usamos prácticamente todos en el país y tener una idea de cuantos casos tenemos o simplemente si hemos estado en contacto con alguien que tuvo el virus", comentó Palma.
Los investigadores aún tienen que probar este mecanismo en un determinado número de personas antes de recibir aprobación para su fabricación. También, esperan que se usen en otros países que no tendrán acceso a la vacuna tan fácilmente. De ser autorizada, la cinta podría estar disponible a fines de este año.