SAN DIEGO- Las trampas flotantes, instaladas en el canal principal del río, están diseñadas para capturar los desechos flotantes durante las tormentas y evitar que lleguen a los ecosistemas sensibles río abajo. Este proyecto es parte de los esfuerzos continuos para reducir el flujo de basura hacia el Valle del Río Tijuana.
Según Suzanne Anarde, CEO de la Corporación de Asistencia Comunitaria Rural (RCAC, por sus siglas en inglés), este proyecto representa una solución crucial para ayudar a capturar y eliminar la basura flotante antes de que llegue al océano.
Sally Spener, secretaria de los EE. UU. y Oficial de Asuntos Exteriores de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (IBWC, por sus siglas en inglés), destacó la cooperación binacional en este tema.
“Nuestro comisionado se reúne regularmente con funcionarios mexicanos para trabajar en soluciones”, dijo Spener. “Estamos haciendo un mejor trabajo para identificar y rastrear estos flujos y sus fuentes mediante fotografía satelital e inspecciones binacionales regulares del río".
Spener también mencionó el lanzamiento reciente de un proyecto para rehabilitar y ampliar la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de South Bay. Al duplicar su capacidad, la planta reducirá significativamente los flujos contaminados hacia el río Tijuana, complementando los esfuerzos de las trampas de basura.
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Oscar Romo, director del proyecto en Alta Terra, explicó la ingeniería detrás de las trampas, que están diseñadas para adaptarse a la topografía cambiante del valle del río.
“El valle cambia constantemente cada año después de las tormentas”, dijo Romo. “Todos los modelos hidráulicos que se han hecho deben rehacerse porque cambiaron este año. Estamos preparados y hemos comenzado a planear el valle con un dron que produce imágenes más ligeras, para tener un mapa tridimensional exacto del valle antes de las tormentas, durante las tormentas y después de las tormentas".
Romo también explicó cómo utilizan cámaras de laboratorio que toman fotos cada 30 minutos, lo que permite recrear el proceso de varios meses de tormentas en solo unos minutos, recopilando datos para analizar y mejorar soluciones futuras.
“Este es nuevamente nuestro último recurso”, dijo Romo. “Y espero que regresen más tarde para ver cómo se recoge la basura y cómo este proceso mejorará las condiciones del Valle del Río Tijuana".
El proyecto se evaluará durante los próximos dos años para determinar su efectividad, con ajustes planeados para optimizar su rendimiento en fases futuras.