SAN DIEGO- Un ex recluso que tenía una gran parte de su cara, mordida por un recluso con enfermedades mentales, aseguró que el Condado de San Diego es responsable del ataque.
Miguel Lucas presentó un reclamo legal al Condado, el 4 de diciembre. El reclamo es un precursor de una demanda.
Lucas de 26 años, estaba en espera de juicio por cargos de posesión de armas en la cárcel central de San Diego, el 4 de junio, cuando el recluso, Reginald Harmon lo atacó sin provocación. Mientras estaba encima de Lucas, Harmon mordió la mejilla derecha de Lucas, y arrancó un gran trozo de carne, antes de que otros reos interrumpieran la pelea.
En una entrevista con Telemundo 20, Lucas dijo que él y otros reclusos habían advertido a los guardias sobre el comportamiento errático y la inestabilidad mental de Harmon.
“Les dijimos a los guardias que no era el lugar adecuado para él, y simplemente nos ignoraron”, dijo Lucas. “Necesitaba ayuda y deberían haberlo visto cuando lo evaluaron en lugar de arrojarlo a la población en general”.
De acuerdo con el reclamo legal del 4 de diciembre, el personal de la cárcel no sólo había sido advertido por otros reos, sino que el personal sabía que Harmon había atacado a otros reos en ocasiones anteriores. Y, la madre de Harmon, supuestamente les advirtió que su hijo era violento y que debía ser mantenido en una celda segregada.
Pero alojar a Harmon en una cárcel de baja seguridad fue sólo el primero de varios errores que cometió el personal de la cárcel ese 4 de junio.
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Lucas dijo que los guardias no respondieron durante más de 20 minutos después de que comenzó el ataque.
Otros reos le dieron sus camisas a Lucas en un esfuerzo por detener el sangrado.
Cuando Lucas finalmente fue transportado a un hospital, dijo que los administradores de la cárcel se negaron a seguir las recomendaciones del médico para que Lucas pasara la noche, y se negó a permitir que un cirujano plástico lo examinara.
Para empeorar las cosas, Lucas alega que las vendas que le dieron después de regresar a la cárcel, eran insuficientes, lo que provocó una infección y una cicatriz “queloide grande”, que cubría su rostro.
Lucas dijo que el incidente continuó persiguiéndolo.
“Me diagnosticaron TEPT”, dijo Lucas. “Tengo problemas para dormir. Me despierto con sudores fríos y tengo recuerdos”.
El abogado de Lucas, Chris Morris dijo que el ataque en la cárcel es sólo el último ejemplo de un sistema de cárcel roto en el condado de San Diego. Morris ha presentado numerosas demandas en nombre de los reclusos y familiares que se suicidaron o murieron debido a una supuesta negligencia en la cárcel del condado.
Un portavoz del Departamento del Alguacil del condado de San Diego declinó hacer comentarios, citando litigios pendientes.