TIJUANA – Cientos de migrantes han habitado por más de 70 días un campamento improvisado cerca de la garita peatonal de Tijuana, donde aseguran se han quedado estancados en busca del sueño americano.
Los migrantes compartieron con TELEMUNDO 20 la frustración que experimentan todos los días y es que mientras al pasar de los meses el campamento crece más en cuanto a su número de personas y tiendas de campañas, dicen no ver respuestas concretas por parte de las autoridades en ambos lados de la frontera, sobre todo cuando logren cruzar a EEUU.
El campamento de migrantes en El Chaparral que comenzó el 19 de febrero en la frontera entre San Diego y Tijuana cuenta ya con baños, un sistema de agua limpia, cocinas, escuela informal.
"Es más complicado porque aquí uno tiene que estar peleando por lavandero, estarse metiendo a la carrera y si no lo sacan ahí desnudo", dice Wendy Yamileth Cruz, quien emigró desde Honduras con la esperanza de pedir asilo en EEUU.
Todas las mañanas, alrededor de 300 familias hacen fila para obtener agua, comparten baños y limpian sus tiendas de campaña.
“Ahorita que las moscas, el olor pues, entonces yo tengo el Pinol y echo Pinel para que esté aseado”, cuenta Elvira Jocholá, migrante de Guatemala, quien comparte su casa de campaña con siete personas más: su familia de Honduras y dos Guatemala.
"Nos hemos mojado, hemos tenido que levantar y como dormidos ocho, juntamos entre los ocho que estábamos para poder comprar ese nylon que ven ahí para que no nos mojáramos".
Según Victor Clark, del Centro Binacional de Derechos Humanos, el sitio ha creado una comunidad alterna a la que vive en Tijuana.
"Al interior se reproducen por formas de protección y de sobrevivencia que es lo que estamos viendo en ese lugar, es un campamento irregular que no es temporal en el corto plazo. Parece que es un campamento o asentamiento irregular de largo plazo", asegura Clark.
En este asentamiento se concentra un gran número de personas vulnerables y expuestas a los riesgos de la ciudad fronteriza que “por la situación en la que se encuentran se vuelven víctimas posibles de delincuencia organizada, vendedores de droga, coyotes que quieren abusar de ellos”.
Mientras tanto, de acuerdo con la Subsecretaría de Asuntos Migratorios existen cerca de 1,800 migrantes en el campamento, 800 de estos son menores de edad.
"Salimos de nuestro país huyendo porque nos querían quitar al niño al segundo niño al papá se lo querían secuestrar y el cómo pudo lo salvó", cuenta Jocholá.
Estos migrantes salieron de sus países con la esperanza de encontrar un mejor lugar para vivir en Estados Unidos, que, aunque les queda a pocos pasos, les queda tan lejano como cuando salieron de sus lugares de origen.
"No le voy a negar, se me han quitado los ánimos, pero por mi hijo, porque si yo regreso a Honduras, le va a pasar lo mismo, por eso yo pienso por él", dice Cruz.
Ahora también están llegando mexicanos del resto del país por lo que las autoridades han propuesto nuevos planes al gobierno federal.
"Se le haga la sugerencia al gobierno americano de adelantar la apertura de su página electrónica para el registro de los nuevos solicitantes de refugio", comenta José Luis Pérez Canchola, de la dirección de Atención al Migrante.
Mientras tanto Elvira intenta acostumbrarse a su vida en el campamento de migrantes donde incluso su esposo ha instalado electrodomésticos para tratar de vivir de forma digna junto a sus tres hijos en medio de esta crisis migratoria.
"Si yo estuviera enfrente del presidente yo le dijera que me diera la oportunidad de entrar yo y mi esposo somos personas trabajadoras".