SAN YSIDRO- La situación es cada vez peor para los comerciantes en San Ysidro, un vecindario fronterizo de la ciudad de San Diego donde llevan cinco meses con pérdidas sostenidas a causa de la drástica reducción de la clientela y de los visitantes debido a la restricción de los cruces fronterizos.
De acuerdo con Julieth Bustamante, comerciante de San Ysidro, los efectos de la pandemia cada vez son más fuertes.
“Al principio de la pandemia no se vio el cambio tan fuerte, porque la gente aún tenía dinero, estaba consumiendo. La telefonía no afectó demasiado porque la gente necesitaba seguir comunicándose, pero los últimos dos meses, el negocio está super lento”.
Para Sunil Gakhrega, otro comerciante de San Ysidro, la ciudad cada vez se ve menos transitada.
“Desde marzo bajó bastante, un 50 o 60%, no hay gente caminando. La frontera está cerrada para los mexicanos y ellos son quienes compran más con nosotros”, aseguró.
Mientras tanto, continúan las restricciones a los viajes no esenciales entre México y Estados Unidos.
Según Jason Wells, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de San Ysidro, restringir el cruce fronterizo solo a los turistas no es muy efectivo.
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“Seleccionar una fracción de esas personas al decir que ustedes no pueden cruzar, no tienen nada que ver con salud” dijo Wells, desde su comunidad que necesita urgentemente de una revitalización. “Es un balance, obviamente no sirve de nada el negocio si uno está muerto y por eso estamos ayudando a los negocios a operar de una manera sana”
El cruce peatonal entre Tijuana y San Diego, por ejemplo, se ha reducido a un tercio, y a pesar de eso, las esperas en las líneas son muy largas.
“La cruzada es impresionante, yo le pregunto a la gente como está el cruce, porque no vemos gente, peor me dicen que son cuatro horas caminando”, aseguró Julieth Bustamante, comerciante de San Ysidro.
“Están muy largas, hay muchísima fila y muy despacio, ellos están trabajando bien, pero hay mucha gente”, aseguró Romodaldo Cárdenas Romero.
Otra residente de Tijuana, Elizabeth Paredes, quien realiza cruza a San Diego regularmente asegura que se tarda dedos a tres horas haciendo fila.
Horas y horas para atravesar el control migratorio de la garita PedEast de San Ysidro, que según CBP en el PedeEast hay nueve líneas peatonales abiertas, mientras que en Otay hay tres en funcionamiento.
A partir de esta semana, quienes deseen, se pueden hacer la prueba del COVID-19 antes de atravesar a toda prisa la moribunda área comercial que desde marzo no recibe el vital turismo mexicano.
“No es culpando a México que se va a resolver la situación, porque no es México el culpable, somos nosotros mismo los responsables de lo que traemos o dejamos de hacer en Estados Unidos”, dijo José Padilla, quien cruza todos los días una de las fronteras más transitadas del mundo para trabajar del otro lado.
Para la Cámara de Comercio de San Ysidro, las regulaciones federales que eliminaron el turismo mexicano han sentenciado a muerte a los casi 800 negocios del área.
Wells advirtió que, si no hay reapertura antes de la temporada navideña, la mitad de los negocios en San Ysidro van a quebrar.
Según la Cámara de Comercio de San Ysidro estas comunicándose con cada uno de los negocios registrados en el área para definir su estatus financiero actual y registrar cuales de ellos se han ido a la quiebra y si pudieran resistir la prolongación del cierre parcial de la frontera hasta diciembre.
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