TIJUANA- Más miembros de la comunidad haitiana siguen llegando a la ciudad de Tijuana y con ellos la necesidad de encontrar un lugar donde vivir mientras logran cruzar a Estados Unidos.
Desde la colonia Pedregal de Santa Julia segunda sección, casi 300 haitianos viven en casa de campaña y en un terreno de tierra, una población que sigue en aumento en la ciudad y nos dice necesita mejores condiciones donde vivir.
“Pero nosotros mismos nos vamos a cocinar, pero aquí hay cocina hay todo para cocinar”, dijo Chesnel Paul, miembro de la comunidad haitiana que vive en Tijuana.
Y quien ahora forma parte del último campamento improvisado que se generó en la ciudad, en un terreno baldío donde antes la organización de la casa de los pobres daba catecismo a los niños de la zona.
Los haitianos crearon un sistema donde en carpas cuadradas y de mayor tamaño viven familias enteras, mientras en las pequeñas duermen quienes vienen solos, en el sitio dicen se enfrentan a las difíciles condiciones del tiempo, por las ligeras lonas que los protegen.
Sin embargo, a pesar de las precarias condiciones letreros fuera de este terreno, indican la falta de espacio para más haitianos.
“No cabe porque está lleno, porque no tiene carpas suficientes porque dijo madre que no tiene más carpas y no puede dormir”, dijo Paul.
Un hecho que molesta a los activistas, quienes dijeron que si el título 42 no permaneciera en efecto más migrantes en Tijuana podrían buscar mejores condiciones de vida.
“Este cuello de botella provocado por Estados Unidos, está ocasionando una mayor carga a los sistemas de salud y albergues de la ciudad fronteriza como Tijuana”, dijo Psyche Calderón Vargas, codirectora y coordinadora general de la Alianza para la Salud de los Refugiados.
Donde la falta de apoyo del gobierno de México, también aseguraron que genera que los migrantes deban vivir así.
“Hemos tenido más respuesta de organizaciones civiles del otro lado de la frontera para apoyarnos a solventar gastos”, dijo Calderón Vargas.
Un hecho que confirmaron los haitianos que viven ahí, quienes aseguraron gran parte de las lonas donadas y la comida viene de personas que viven en Estados Unidos.
“Nos ayudaron a comprar a nosotros, pero nosotros armamos para dormir, porque en la casa que tienen es una casa y no tiene lugar para dormir”, agregó Paul.
Mientras los días avanzan desde este terreno de tierra, la comunidad haitiana nos dijo la única esperanza que mantienen es la de aquellos compañeros que han logrado cruzar a Estados Unidos y esperan pronto esa posibilidad llegue para ellos.
Los migrantes agregaron que estaban preocupados por su seguridad en el sitio, donde a veces en las noches aseguraron que escuchan disparos y enfrentan amenazas.
En el sitio, cinco haitianos lograron ir a Estados Unidos de forma legal el pasado viernes.