El problema de los derrames de aguas negras provenientes de Tijuana y que contaminan las playas desde el sur del Condado de San Diego sigue sin resolverse. Ahora la ciudad de Chula Vista se ha unido a una amenaza de ir a tribunales federales con tal de encontrar una solución.
Desde enero hasta septiembre de 2017 se han contabilizado por lo menos 300 de estos derrames provenientes de Tijuana, contaminando estuarios, y tiñendo el agua de color café en playas desde Imperial Beach hasta Coronado.
“Cuando tuvimos una descarga de más de 240 millones de galones en febrero, causó que cientos de tiburones leopardo murieran en el estuario a causa de esta contaminación”, dijo Paloma Aguirre de Costa Salvaje.
Pero hoy para residentes y autoridades la paciencia se ha terminado, le dan un último plazo de 60 días a la Comisión Internacional de Aguas y Límites para atender el problema, de lo contrario interpondrán una demanda en su contra ante una corte federal.
Ésta la única entidad que tiene la capacidad y jurisdicción de las áreas fronterizas por donde cruza el río Tijuana, ellos son los que manejan la plana internacional de tratamiento de aguas residuales, ellos son los que manejan todos los colectores de los cañones”, añadió Aguirre.
A la demanda se ha unido ya públicamente el Puerto de San Diego, y la ciudad de Chula Vista, a quienes preocupa las consecuencias a la salud de los residentes que generan los derrames. “Daña el turismo y todo eso, y además la gente merece que puede ir a la playa y el agua es saludable”, declaró Mary Salas, la alcaldesa de la localidad.
“Hemos estado por años urgiendo que el gobernador y Conagua y el Gobierno Mexicano nos ayuden, y nos tenemos otro remedio que hacer esta demanda legal contra autoridades americanas”, concluyó el alcalde de Imperial Beach, una de las ciudades más afectadas.