Dos ciudadanos alemanes llevan semanas retenidos en el centro de detención de Otay Mesa, en San Diego, California, tras intentar entrar en Estados Unidos desde México con visados de turista, según sus amigos y familiares, que dicen no entender por qué están detenidos y quieren que los pongan en libertad.
Las dos detenciones se produjeron por separado. El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza no respondió a las preguntas ni a las solicitudes de comentarios sobre ninguno de los dos incidentes.
El primer caso se trata de Jessica Brosche, según explicó su amiga, Nikita Lofving.
Lofving dijo que conoció a Brosche cuando vivía en Berlín antes de volver a Los Ángeles en los últimos años. Las dos habían planeado encontrarse en Tijuana a finales de enero y volver a casa de Lofving, donde Brosche se quedaría con ella unas semanas antes de regresar a Alemania. Ambas artistas, planeaban crear arte la una para la otra: Lofving en moda y Brosche en tatuajes.
"Básicamente le di todo mi cuerpo para que hiciera su obra maestra", dijo Lofving, mostrando tatuajes de Brosche en amplias zonas de su cuello, torso y brazos. "Llevamos seis años trabajando en este proyecto, y nos reunimos de vez en cuando por todo el mundo para continuar con el proyecto", explicó.
Lofving dijo que pasaron un fin de semana en Tijuana y se dirigieron a la frontera entre Estados Unidos y México el 25 de enero. Agregó que Brosche tenía una visa del Sistema Electrónico de Autorización de Viaje, o ESTA, que habría expirado en agosto.
"Entregó su pasaporte, el ESTA y una copia impresa de su vuelo de vuelta a Berlín el 15 de febrero. Lo miran y le dicen: 'Vale, tiene que pasar un control secundario'", explicó Lofving. "Dos horas después, me llama y me dice: 'Oye, me van a deportar a Alemania. Creen que vengo aquí a trabajar'", detalló.
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"Lo que Jessica y yo hacemos no tiene nada que ver con el dinero. Simplemente las dos somos artistas y hacemos arte juntas", continuó.
Lofving explicó que Brosche lleva detenida más de cinco semanas.
"Los primeros nueve días estuvo recluida en régimen de aislamiento, lo que fue una tortura absoluta para ella", explicó Lofving. "Dijo que el noveno día perdió completamente la cabeza. Golpeaba todas las paredes. Se volvió completamente loca", aseguró.
En el sitio web del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos figura que Brosche está detenida en el Centro de Detención de Otay Mesa. Allí también se encuentra Lucas Sielaff, otro turista alemán detenido cuando intentaba cruzar la frontera el 14 de febrero.
La prometida de Sielaff, Lennon Tyler, es médico. Dijo que ambos se conocieron cuando ella estaba de voluntaria en Europa y se han visitado con frecuencia en los últimos tres años para hacer que su relación internacional funcione.
En febrero viajaron de Las Vegas a Tijuana para que su perro recibiera tratamiento contra el cáncer. Ya habían cruzado la frontera antes, dice ella, y él también tenía un visado ESTA.
"No esperábamos tener ningún problema porque nunca lo habíamos tenido antes", indicó Tyler. "Pero esta experiencia fue muy diferente. Se convirtió en una pesadilla", agregó.
"Lucas entregó su pasaporte alemán en el primer control, miraron su pasaporte alemán y se volvieron muy agresivos y hostiles casi de inmediato", relató Tyler. Dijo que el inglés no es su lengua materna y que creía que la barrera lingüística había provocado confusión en el interrogatorio, cuando los agentes le preguntaron a dónde iban, y él les indicó que a Las Vegas.
Tyler aseguró que los agentes les enviaron a una inspección secundaria y le llevaron dentro, registraron su coche y la encadenaron a un banco.
"Cada vez que intentaba hacer una pregunta, me decían: 'Nadie va a responder a tus preguntas. Tienes que callarte'", aseveró Tyler.
Horas después, dijo, intentaron que firmara unos papeles, pero se negó, y le indicaron que se marchara.
"Me dijeron que si no me iba, me detendrían, meterían a mi perro en una jaula y confiscarían mi coche", relató. "'Toma tu decisión' es lo que me dijeron", señaló.
Tyler dijo que se fue, y Sielaff ha estado detenido desde entonces.
"No infringió ninguna ley. Y en lugar de enviarlos a casa o permitirle una salida voluntaria, no le dieron esa opción. Le esposaron", afirmó.
"Lo que realmente me impactó fue la impotencia de todo esto", dijo Lofving. "No hay nada que podamos hacer, y no hay nadie que pueda comunicarse con nosotros", lamentó.
Lofving expresó que a Brosche le indicaron que la pondrían en libertad el 9 de marzo y que su madre le reservó un vuelo de regreso a Alemania el 11, pero no está segura de si realmente le permitirán salir.
Tanto Lofving como Tyler afirman que se han puesto en contacto con la embajada alemana y con abogados privados, pero que no han servido de mucho. No se conocían antes de estos incidentes, pero dijeron que ahora ambos se encuentran en la misma posición de presionar para obtener respuestas y alivio.
"¿Por qué meten en la cárcel a turistas alemanes inocentes? ¿Por qué está Lucas en una cárcel si no ha hecho nada malo? Nada. Es completamente inocente", preguntó Tyler.
Lofving planteó la cuestión de la intensificación de la aplicación de la ley bajo la represión de la inmigración del presidente Donald Trump, diciendo: "No es seguro para nadie visitar Estados Unidos en este momento".