SAN DIEGO - Un hombre de San Diego condenado por matar a su novia y tirar su cuerpo en México fue sentenciado el lunes a 32 años a cadena perpetua en una prisión estatal.
Nery Roberto García, de 36 años, fue declarado culpable por un jurado de San Diego el 11 de mayo de asesinato en primer grado por el asesinato de Faviola Calderón, de 48 años.
La mujer fue reportada como desaparecida el 29 de julio de 2021, luego de que no se presentó a trabajar, dijo la policía de San Diego.
En su alegato final en el juicio de García, la fiscal de distrito adjunta Carrie Johnson dijo al jurado que García estranguló y apuñaló a Calderón en National City en las primeras horas de la mañana del 28 de julio.
Johnson alegó que García luego condujo hasta México y arrojó el cuerpo de Calderón en un área desértica a unas dos horas al sur de la frontera. Regresó a San Diego, condujo el automóvil de la víctima a México y lo dejó allí, alegó el fiscal.
Los miembros del jurado también condenaron a García por cargos de intento de asesinato y violencia doméstica derivados de otros dos incidentes, ambos relacionados con Calderón.
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Para el cargo de intento de asesinato, Johnson alegó que unos dos meses antes de la muerte de Calderón, García vertió veneno para ratas en su agua, lo que la enfermó y la envió al hospital.
En el juicio, el abogado defensor de García, John O'Connell, argumentó que no había pruebas definitivas de que Calderón hubiera sido estrangulada o envenenada.
Médicos forenses le realizaron dos autopsias a Calderón en México y Estados Unidos y ninguno pudo concluir que fue estrangulada, argumentó O'Connell. También dijo que las pruebas no revelaron veneno en Calderón o en su bebida.
La evidencia de la acusación incluyó una serie de mensajes entre García y un amigo suyo, en los que repetidamente detalló su deseo de matar a Calderón porque creía que ella lo había engañado. Uno de esos mensajes describía el estrangulamiento de Calderón con una cadena, que según Johnson fue el método que utilizó García para cometer el asesinato.
Según el fiscal, García admitió ante su amigo que él mató a Calderón. De manera similar, confesó a los investigadores después de su arresto, pero O'Connell argumentó que la confesión era errónea y que García estaba "repitiendo como un loro" los detalles que los investigadores sugirieron durante su interrogatorio.
