SAN DIEGO - Cientos de millones de dólares en nuevos fondos podrían venir del gobierno federal para detener el flujo de aguas residuales en el sur de la bahía.
Los líderes del Congreso acordaron el martes un proyecto de ley para mantener el gobierno financiado hasta mediados de marzo, evitando un cierre del gobierno. Pero el presidente electo, Donald Trump, rechazó abruptamente el miércoles el ya frágil plan, dejando al Congreso luchando en el Capitolio pocos días antes de que la financiación se agotara el viernes.
La medida provisional habría evitado un cierre hasta el 14 de marzo, y contenía dinero para un proyecto crítico en San Diego: 250 millones de dólares para arreglar y ampliar la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales de South Bay, una de las plantas que se supone que trata las aguas residuales que llegan a San Diego desde México.
No está claro cómo se vería afectada esa financiación local por la reapertura de las negociaciones ni si se llegaría a un acuerdo a tiempo para evitar el cierre del viernes.
En septiembre, el Gobierno inició las obras de reparación de la central a pesar de no disponer del dinero necesario para financiar la totalidad del proyecto. Desde entonces, la delegación de San Diego en el Congreso ha estado presionando para conseguir más dinero.
Antes de la caída del proyecto de ley, un portavoz del representante Scott Peters dijo que la financiación en el acuerdo del martes era suficiente para terminar el trabajo.
En ese momento, los líderes locales dijeron a NBC 7 que la financiación era un paso en la dirección correcta, pero que había más trabajo por hacer, incluyendo la limpieza de los daños ambientales causados por años de aguas residuales sin tratar.
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Nota editorial: Este artículo se actualizó el 18 de diciembre para reflejar el fracaso del plan de gasto.