BARRIO LOGAN- Este jueves artistas plásticos pintan un mural en homenaje a Anastasio Hernández Rojas, cuya muerte en mayo del 2010 acaparó titulares nacionales al estar involucrados una docena de agentes de la Patrulla Fronteriza.
En el Parque Chicano en el corazón de Barrio Lógan, un vecindario latino por varias generaciones en la bahía de San Diego, los artistas plásticos entrelazan su arte con la justicia social.
Según Germán Corrales, uno de los artistas los murales cuentan la historia de la lucha latina en este país.
“Es algo que se necesita para que todo el mundo sepa las injusticias que le están haciendo a nuestra gente que vinimos de México y Sudamérica para poder buscar trabajo”, dijo Corrales.
Los pilares del puente que corre por encima del Parque Chicano remembran, principalmente, a quienes se desprendieron de su presente para conseguir un futuro mejor.
“Mi mamá cuando llegó aquí a los Estados Unidos, ella no tenía papeles y me acuerdo qué cuando estaba chiquito ella tenía el miedo que, si me quitan a mis niños, a mi familia”.
Inmigración
Corrales conoce bien de ese desprendimiento, de los sacrificios que hacen los inmigrantes para llegar a la tierra de las oportunidades.
Una tierra que no es perfecta, como ninguna otra, y donde también existen injusticias, vejaciones e impunidad. Y por ello, con sus pinceles y brochas graban fragmentos de historia y honran a los muertos en murales como este que evoca en las palabras de Corrales “el fallecimiento de Anastasio que lo mataron peor que un animal y no hay justicia”.
Diez años después, el rostro de Anastasio Hernandez Rojas, quien murió de un ataque al corazón después de ser brutalmente golpeado por 12 agentes de la Patrulla Fronteriza, se une a las representaciones plásticas del Parque Chicano.
“Para mi significa un templo para toda nuestra raza aquí”.
Son varios los pintores que se embarcaron en este proyecto apoyado sustentado por la Alianza San Diego y las donaciones de residentes de San Diego a través del internet, para recordar a Anastasio, quien llegó a Estados Unidos a los 15 años, construyó una familia, tuvo 5 hijos, a los 42 años fue deportado tras cometer un delito menor y ser indocumentado.
“Aquí estamos y estamos peleando por nuestros derechos de poder trabajar, poder vivir”.
Por esos derechos y por reunirse nuevamente con su familia, en mayo de 2010 Hernández Rojas se lanzó nuevamente a cruzar la frontera de Tijuana y San Diego, fue interceptado por los agentes fronterizos, se resistió al arresto y los agentes federales le rompieron cinco costillas, la columna, le propinaron varias descargas eléctricas, otorgándole un boleto directo al hospital, donde falleció.
El médico forense determinó que Anastasio también tenía metanfetamina en su organismo.
“Si te conviertes en una idea, una idea no tiene hambre, una idea no llora, una idea no más se manifiesta y es lo que estamos manifestando: la lucha, la justicia por Anastasio Rojas”.
Cuya muerte y sufrimiento se transformó en un ideal de justicia.
“A la gente la puedes matar, pero la idea no se muere, no más crece”.
Los pintores esperan terminar el mural el 15 de septiembre, y para ello piden de la colaboración de la comunidad para comprar brochas y pinturas.
Si desea contribuir con esta causa puede acudir a este enlace.