AUSTIN, Texas — La decisión del gobernador Greg Abbott de imponer inspecciones adicionales a los camiones que entran a Texas desde México fue su medida más reciente de una incursión sin precedentes en la seguridad fronteriza, que durante mucho tiempo ha sido competencia del gobierno federal.
El gobernador de dos períodos, al igual que muchos líderes del Partido Republicano, califica de “crisis” la inmigración ilegal y el contrabando de drogas desde México y responsabiliza de ello completamente al presidente Joe Biden. Efectuó sus acciones más recientes tras la decisión del gobierno de Biden de poner fin a partir del 23 de mayo a las restricciones relacionadas con la pandemia que limitaban solicitar asilo en la frontera.
A continuación presentamos algunos datos sobre las condiciones en la frontera y la respuesta de Abbott:
¿CUÁNTOS MIGRANTES ESTÁN ARRIBANDO A LA FRONTERA?
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) detuvo a migrantes 164,973 veces en febrero, un promedio diario de casi 5,900. Las cifras de marzo serán dadas a conocer pronto, pero la CBP dijo que detuvo a migrantes un promedio de 7,101 veces al día en la semana que terminó el 28 de marzo.
Esa es una cifra inusualmente grande; la última semana de marzo se encaminaba a establecer un nuevo récord mensual en la presidencia de Biden y fue una de las más activas de la historia. En el período de 12 meses que terminó el 30 de septiembre, la Patrulla Fronteriza detuvo a migrantes casi 1.7 millones de veces, una de las cifras más altas desde que la agencia fue fundada en 1924, pero ese número encubre una diferencia crucial.
Desde marzo de 2020, las autoridades estadounidenses han expulsado a migrantes más de 1.7 millones de veces bajo la autoridad del Título 42, que lleva el nombre de una ley de salud pública de 1944, valiéndose de la amenaza del COVID-19 para negar a los migrantes la posibilidad de solicitar asilo, una opción que está garantizada en las leyes estadounidenses y en tratados internacionales.
Las expulsiones no conllevan consecuencias legales, lo que fomenta la repetición de los intentos. En el año presupuestario 2021, más de uno de cada cuatro migrantes en la frontera había sido detenido “varias veces”, y personas que volvían a cruzar fueron detenidas en promedio más de tres veces en el año anterior. En consecuencia, el número de migrantes que cruzaron la frontera es mucho menor que el número de veces que las autoridades han detenido a migrantes.
¿QUÉ HA HECHO BIDEN?
El presidente demócrata revirtió muchas medidas establecidas por su predecesor republicano Donald Trump, quien menospreció el asilo llamándolo “estafa” y dijo que el país estaba “lleno”. El gobierno de Biden revocó una norma que en general prohibía la violencia doméstica y de pandillas para justificar el asilo, y puso fin a los acuerdos bilaterales para enviar a algunos migrantes a Guatemala, Honduras y El Salvador para que solicitaran protección allí en lugar de hacerlo en Estados Unidos.
Biden suspendió la política “Quédate en México” en su primer día en el cargo después de que el gobierno de Trump obligara a unos 70,000 solicitantes de asilo a aguardar en ese país su turno en audiencias en cortes de inmigración de Estados Unidos. En diciembre se vio obligado a reanudar la política por orden judicial, pero las cifras han sido modestas. La Corte Suprema federal escuchará argumentos el 26 de abril sobre si Biden puede poner fin a esta política y cómo hacerlo.
Al registrarse un descenso en las tasas de contagios por COVID-19, el gobierno anunció el 1 de abril que pondrá fin a la autoridad del Título 42 el 23 de mayo. Algunos demócratas del Congreso se unieron a los líderes republicanos para alegar que la medida era prematura y que el gobierno no estaba preparado. El Departamento de Seguridad Nacional dice que está preparándose para atender hasta 18,000 cruces diarios.
El jueves, 18 estados se unieron a Luisiana, Arizona y Missouri en una demanda federal para mantener la autoridad del Título 42. Los otros estados son: Alabama, Alaska, Arkansas, Florida, Georgia, Idaho, Kansas, Kentucky, Mississippi, Montana, Nebraska, Ohio, Oklahoma, Carolina del Sur, Tennessee, Utah, Virginia Occidental y Wyoming. Es notable la ausencia de Texas.
¿QUÉ ESTÁ HACIENDO TEXAS?
El año pasado, Abbott lanzó una misión multimillonaria de seguridad fronteriza, desplegando miles de policías estatales y miembros de la Guardia Nacional, instalando nuevas barreras fronterizas y encarcelando a los inmigrantes por el cargo de invasión de propiedad. Abbott, que aspira a ser reelegido en noviembre, convirtió el tema en la piedra angular de su gobierno.
Texas, asumiendo un papel similar al de California durante la presidencia de Trump, ha sido uno de los principales adversarios jurídicos a los cambios en la política de inmigración. Se unió a Missouri en el caso ante la Corte Suprema en torno a la eliminación de la política “Quédate en México”.
Después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) anunciaran que la autoridad del Título 42 llegaba a su fin, Abbott comenzó a inspeccionar vehículos comerciales además de las revisiones independientes de la CBP, lo que provocó demoras significativas y la indignación de sus aliados proempresariales. También alquiló autobuses para trasladar de Texas a Washington, D.C a los migrantes que lo desearan.
El viernes, Abbott retiró por completo las inspecciones tras anunciar acuerdos con gobernadores vecinos de estados mexicanos sobre seguridad fronteriza, pero dijo que no dudaría en volver a imponerlas en el futuro. Los migrantes son detenidos en los puertos de entrada sólo en un 5% de los encuentros que realiza la CBP. La gran mayoría cruza por montañas, desiertos y ciudades que se ubican entre los cruces oficiales.
La dinámica de las incautaciones de drogas es diferente, ya que el fentanilo, la heroína, la metanfetamina y otros estupefacientes de gran potencia son decomisados en su gran mayoría en los cruces oficiales y no en medio de ellos. Su tamaño compacto y falta de olor hacen que sean extremadamente difíciles de detectar.
¿ALGO DE TODO ESTO ES NUEVO EN LA PRESIDENCIA DE BIDEN?
No. Ha habido varios repuntes migratorios desde 2014, y el deficiente sistema de asilo del país ha sido un dolor de cabeza para tres presidentes. Estados Unidos se convirtió en el destino más popular del mundo para los solicitantes de asilo en 2017.
Los expertos en inmigración se refieren a factores de “expulsión”, que obligan a los migrantes a abandonar sus hogares, y a factores de “atracción”, los cuales versan sobre las políticas de los países de destino que podrían influir en la elección del lugar al cuál dirigirse.
Los factores de “expulsión” incluyen los huracanes, la violencia, la represión política y la pobreza, mientras que los factores de “atracción” incluyen cambios reales o percibidos en la política de Washington. Un factor de “atracción” muy mencionado es el sistema de asilo de Estados Unidos, que está muy saturado; un juez de inmigración tarda cuatro años en promedio en resolver una solicitud de personas que no están detenidas.
El mes pasado, el gobierno de Biden dio a conocer un cambio largamente discutido y potencialmente significativo para ampliar la autoridad de los funcionarios de asilo a la hora de decidir sobre las solicitudes, y no sólo sobre las revisiones iniciales. Está diseñado para alcanzar una decisión sobre los casos en cuestión de meses en lugar de años, pero los funcionarios dicen que no hay recursos adicionales para ponerlo en práctica, que se prevé sea a finales de mayo, y calculan que inicie con lentitud.