SAN DIEGO - A medida que pasan los días, aumentó la frustración en el campamento de migrantes entre las vallas fronterizas cerca de San Ysidro debido a la falta de atención y recursos.
Este jueves, la desesperación y angustia de las personas fue bastante visible.
“Estamos aguantando frío. Hoy no vino la policía ni a traer agua, ni a traer galletas”, declaró una migrante originaria de Colombia, quien prefirió no identificarse.
Ella lleva tres días acampando en condición crítica entre los muros fronterizos sobre Monument Rd.
"Yo me encuentro con siete meses de embarazo, incluso estuve hablando con un policía [agente federal] para ver si me ayudaba para llevarme a un hospital porque tengo dolor bajito", explicó la migrante. "Me dijo que si me llevaban para el hospital me podían deportar, entonces me toca quedarme aquí aguantándome el dolor".
Pues para ella y su esposo, un retorno a su país no es opción.
Inmigración
"Porque mi esposo es policía, y el grupo con el que él trabaja cogieron a un delincuente muy maluco allá en Colombia, y nos tienen amenazados," así relató su situación.
Por lo que, junto a los cientos de migrantes que esperaron en el mismo campamento para presentar sus casos de asilo, les tocó lidiar con las inclemencias del tiempo.
"Anoche si fue tenaz porque como llovió había mucha gente afuera nueva que llegó con bebés recién nacidos. Todo mundo corriendo buscando donde se escondían”, contó la joven colombiana.
Asi que para mitigar el sufrimiento de pasar la noche a la intemperie, la necesidad principal fue cobijas y artículos para cubrirse.
"Mucha frustración; La patrulla fronteriza se presentó en la mañana y ya no han pasado, han pasado en sus vehículos pero no han llegado para atenderlos", dijo Pedro Ríos, Director del Comité de Amigos Americanos de San Diego.
Ríos ha liderado los esfuerzos de ayuda humanitaria durante los últimos días, pero este jueves, la labor fue más complicada.
"En este momento como hay mas desesperacion es mas dificil poder poner orden de cómo van a poder recibir la comida que algunos miembros de la comunidad trajeron", informó Ríos.
Por ello, la desilusión e impotencia se notó en ambos lados del muro fronterizo, ya que a pesar de gran ayuda y donativos de la comunidad, la necesidad fue mucho más grande.
"Bastante frustrante de que Patrulla Fronteriza no está respetando los estándares nacionales de proveer comida, agua y techo a estas personas migrantes", concluyó el lider comunitario.
Sin embargo, samaritanos y residentes de San Diego llegaron hasta el muro para obsequiar víveres.
"No cuesta nada ayudar y darles un poquito de esperanza, hablarles y decirles que estén fuertes y confíen en Dios", declaró Jan Paul Sánchez, samaritano de Chula Vista. "Todos somos humanos".