SAN YSIDRO- Ni las altas temperaturas desalientan a migrantes arriesgar su vida en busca de una mejor. Y es que ni las autoridades como activistas se dan abasto con la cantidad de rescates en el desierto. Una mujer de San Ysidro narra el calvario que vive después que su esposo desapareciera intentando cruzar a Estados Unidos.
Con temperaturas que sobrepasan los 120 °F (48°), entrar en el desierto es como adentrarse al mismo infierno donde por desgracia para muchos, en los últimos días ha significado la muerte.
Bianca Ochoa dice sentirse impotente por no haber podido ayudar a su esposo Juan Antonio López, de 30 años quien se extravió en el desierto entre Tijuana y San Diego en un nuevo intento por cruzar la frontera.
“Yo desde el principio le dije era mala opción por el calor”, lamentó la madre de cuatro. “Me da coraje que se aferrara al país y lo hizo como sacrificio para estar conmigo y los niños”.
José Antonio había sido deportado, pero la necesidad de regresar con su familia lo llevó a adentrarse al desierto sin imaginarse el horror al que se enfrentaría.
Según el activista Rafael Hernandez, de Ángeles del Desierto, quien ha participado en cientos de rescates, el desierto no es un lugar apto para realizar el trayecto.
“Si mis botas que son espaciales se hicieron chicle, imagínate. Eso te da una idea de las temperaturas tan grandes que agarra el piso”, dijo el activista.
“El sol en tu cabeza, el reflejo de las piedras y montanas a tus lados es un horno”, dijo quien por carne propia se dirige al desierto por cuarto día consecutivo para buscar a un migrante extraviado.
“Estamos hablando de una persona diaria, 3,4 5 llamadas diarias y no nos damos abasto”, aseguró Hernández.
Entre el mes de junio y julio a comparación del año fiscal 2019, la patrulla fronteriza ha visto in incremento en el cruce ilegal de la frontera por el desierto, valles y panga del 13%, y en lo que va del año 13 migrantes han perdido la vida, informó Wendy Lee, vocera de la Patrulla Fronteriza.
“La última, la vimos hace unos días donde el pollero abandonó al migrante quien falleció”, lamentó Lee.
Según David Shirk, director de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en USD, el coronavirus o el desempleo en Estados Unidos no ha desalentado el cruce.
“Tal vez el primo, amigo te habla de Chicago, Los Ángeles y te dice aquí hay trabajo, ya está empezando la construcción y vas a donde hay empleo”, dijo.
Mientras tanto Ochoa desea que su esposo hubiera decidido diferente: “Qué no se hubiera cruzado, que se hubiera quedado conmigo”.
Estas altas temperaturas inusuales para nuestra región continuarán por varios días y tanto activistas como la Patrulla Fronteriza se están preparando para más rescates en el desierto, ya que dicen el hambre que se vive del otro lado de la frontera, no mide el peligro al que se enfrentan en estas tierras.