WASHINGTON - La llegada irregular a Estados Unidos de migrantes cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos descendió en enero 97% respecto a diciembre, periodo en el que comenzó a implementarse una política que permite expulsar directamente a México a los nacionales de esos cuatro países.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), encargado de la política migratoria, publicó este miércoles esos datos preliminares de enero, que recogen solo el número de migrantes detenidos al cruzar la frontera y no aquellos que logran entrar a territorio estadounidense sin ser detectados por las autoridades.
En declaraciones a la prensa, funcionarios del DHS explicaron que, si la tendencia continúa, enero podría ser uno de los meses más bajos en cuanto a la detención de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México desde febrero de 2021.
Para calcular ese descenso de 97 %, las fuentes compararon los datos de la semana del 11 de diciembre del año pasado, cuando cada día se registró unas 3,367 detenciones, con otros siete días de enero, en los que hubo 115 arrestos por jornada.
A principios de enero, el presidente Joe Biden anunció que su país iba a devolver a México a nacionales de Nicaragua, Cuba y Haití, expandiendo el uso de una polémica norma llamada Título 42, heredada del expresidente Donald Trump (2017-2021) y que permite expulsar a migrantes con la excusa de la pandemia.
PROGRAMA PARA VISAS HUMANITARIAS
Al mismo tiempo, el Gobierno de Biden anunció la ampliación de un programa que permitirá la entrada a EEUU de hasta 30,000 personas de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití cada mes, expandiendo así un plan que había lanzado en octubre para conceder visados humanitarios a venezolanos.
Según detallaron los citados funcionarios, hasta 1,700 personas de Cuba, Nicaragua y Haití se han acogido ya a ese programa, y otras miles han empezado el proceso.
Para acogerse a él, sin embargo, los migrantes y refugiados tienen que cumplir una serie de requisitos, como llegar por avión y tener un patrocinador en Estados Unidos que pueda probar que podrá apoyarles en su adaptación al país.
El Gobierno de Biden ya comenzó en octubre a aplicar el Título 42 a los venezolanos, cuya llegada se había incrementado en los últimos meses debido a que EEUU y Venezuela no tienen oficialmente relaciones diplomáticas, por lo que Caracas no aceptaba los vuelos de repatriación con los migrantes.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han criticado a Biden por seguir implementando el Título 42 y argumentan que viola el derecho de cualquier persona a pedir asilo. Además, legisladores de su propio partido, el demócrata, lo han presionado para que no lo expanda y lo aplique a otras nacionales, como los cubanos, que tradicionalmente han buscado asilo en EEUU.
Por su parte, el Gobierno de Biden se ha defendido diciendo que tiene que seguir aplicando ese programa por orden de la Corte Suprema de EEUU, que en diciembre aceptó una petición de una veintena de estados gobernados por republicanos y determinó que el Título 42 debía seguir activo.
Desde que entró en vigor en 2020, el Título 42 ha permitido el arresto de más de más de 2.5 millones de migrantes, según datos del International Rescue Committee.