Estados Unidos y México comparten casi 2,000 millas de un borde fronterizo que simboliza mucho más que la simple separación de dos países.
Para el sinnúmero de migrantes que están dispuestos a poner sus vidas en peligro, esta frontera es el anhelo de una mejor vida o la única esperanza de encontrar refugio ante los peligros que rondan en sus países.
Aunque muchos logran llegar pese a las peligrosas adversidades y dar inicio al llamado “sueño americano”, para otra gran cantidad la frontera se convierte en solo el final de la vida. En el medio de ambos destinos, están grupos de personas que solo por lucro propio se benefician de los más vulnerables.
La migración en esta frontera no es nueva, pero la pandemia del COVID-19 y la crisis económica que ha dejado en países latinoamericanos ha desatado una ola que golpea con fuerza a Estados Unidos.
Los "coyotes" recurren a las tecnologías para conectar con migrantes
Si te has preguntado cómo llegan los migrantes a contactarse con los grupos de contrabandistas, la respuesta es mucho muy fácil de lo que piensas: en redes sociales, como Facebook.
Las organizaciones criminales utilizan estas plataformas para realizar promesas falsas de supuestos cruces seguros a los Estados Unidos, publicitando sus hazañas para burlar a las autoridades migratorias.
El crimen organizado también tiene su trozo de las cuotas
En México, los cárteles tienen control absoluto en ciertas regiones fronterizos hacia Estados Unidos, por lo que deciden quién puede cruzar y quién no.
El cartel puede cobrar a cada migrante entre $300 y $700 solo por acceso a la frontera y esto no incluye a los guías, a quienes cada migrante debe pagar una tarifa de aproximadamente $100.
“Tienen que pagar solo por el puro derecho de cruzar el río. Esto sin contar toda la travesía que lleven desde Centroamérica o de donde vengan”, dijo Ildefonso Ortiz, periodista de investigación en la frontera.
En una forma de separar los migrantes que han pagado de los que no lo han hecho, los cárteles les colocan brazaletes de plástico de diferente colores y con las palabras "llegadas o entradas".
Temen que el 2021 sea el año más mortal para los migrantes
El paso por la frontera se ha vuelto cada vez más peligroso y de alto riesgo. En los primeros cinco meses de este 2021, 115 migrantes fallecieron en el desierto de Texas o en las montañas de Arizona.
Personas dedicadas a rescatar a quienes quedan a la deriva en la frontera temen que este año sea el más mortal, debido no solo a la impresionante ola de inmigrantes sino a las peligrosas tácticas de las organizaciones criminales en la frontera.
“Los contrabandistas están utilizando a niños como carnada”, dij oÁngel Moreno, agente de la Patrulla Fronteriza.
Precisamente la noticia de un niño de 2 años que fue arrojado desde lo alto de la barda fronteriza entre San Diego y Tijuana le dio la vuelta al mundo.
Cientos de migrantes llegan todos los días a Arizona, pero la mayoría son deportados
Las autoridades migratorias han reportado un drástico aumento en la llegada de migrantes a Arizona, pero solo unos pocos logran ser aceptados en Estados Unidos. La mayoría son deportados a sus países de origen.
"Diariamente estamos recibiendo de 100 hasta 180 personas, en su mayoría familias de Guatemala. Pero toda la noche hay repatriaciones o expulsiones”, dijo Juan Francisco Loureiro, asesor jurídico albergue San Juan Bosco en Nogales.
Una madre migrante contó que solo estuvo un par de días detenida y luego fue deportada junto a su bebé. “Es complicado, sufre uno mucho, pasa días sin comer, sin tomar agua, lo tratan a uno como perro”, aseguró.
Sin comida y a punto de ahogarse: pesadilla en altamar
Un migrante ya deportado a México narró paso a paso lo que vivió al ingresar a Estados Unidos en una embarcación, la cual llegó a la costa de San Diego, el mismo día que otro barco se hundió cobrando la vida de tres migrantes.
“Las condiciones eran de lo más peor, entumidos no podíamos estirar los pies, entre agua, brincoteo del barco, cobijas sucias, mojadas, ni comer nada”, así describió el migrante que prefirió permanecer en el anonimato.
Él y otros hispanos estuvieron tres días a la deriva en altamar y dijo que prefería que lo detuvieran las autoridades migratorias a pensar en la posibilidad de que el bote fuera a naufragar y todo terminara en tragedia.
Las vías del tren, hogar de decenas de migrantes
A pocos metros de una de las rutas de ferrocarril más importantes de México, en Sonora, decenas de migrantes han construído casas con cartón y hule.
En el lugar se han instalado cerca de 40 personas, algunos migrantes del sur del país, o de Centroamérica, pero también en la comunidad se encuentran una importante cantidad de personas en situación de calle.
El comedor se encuentra a escasos minutos de esta zona de las vías del tren, por este motivo cientos de migrantes acuden diariamente.
Sonora, punto clave en el trayecto de los migrantes
Albergues, comedores y distintas asociaciones civiles alrededor del estado de Sonora han informado sobre una reactivación en la ruta que miles de migrantes siguen en la entidad.
“Después de casi un año de que el flujo migratorio bajó casi en su totalidad, durante las últimas semanas cinco o seis semanas ya ha empezado a circular personas migrantes del extranjero”, detalla Ignacio Toledo, administrador albergue humanitario Casa Amiga Hermosillo.
La ubicación geográfica de Hermosillo convierte a la ciudad en una escala importante que cientos de migrantes realizan siguiendo las vías del tren, tal es el caso de Luis que, sin importar los riegos o la crisis sanitaria, dejó su hogar para emprender un largo viaje hasta la frontera.
Construyendo una vida desde un campamento de migrantes
Cientos de migrantes han habitado por más de 70 días un campamento improvisado cerca de la garita peatonal de Tijuana, donde aseguran se han quedado estancados en busca del sueño americano.
El campamento de migrantes en El Chaparral que comenzó el 19 de febrero en la frontera entre San Diego y Tijuana cuenta ya con baños, un sistema de agua limpia, cocinas, escuela informal.
Todas las mañanas, alrededor de 300 familias hacen fila para obtener agua, comparten baños y limpian sus tiendas de campaña.
De acuerdo con la Subsecretaría de Asuntos Migratorios existen cerca de 1,800 migrantes en el campamento, 800 de estos son menores de edad.