SAN DIEGO - Bajo las lluvias torrenciales, y con sus niños exhaustos en los brazos, es así como un grupo de migrantes logra llegar hasta suelo estadounidense. Los agentes de la patrulla fronteriza dictan órdenes. A un costado forman en línea a las familias con niños y en otra a los pequeños no acompañados, la más corta de las tres líneas es para adultos solteros.
“Tenemos que abandonar nuestros países, aunque no es fácil para nosotros, por lo menos yo deje a dos hijos". Dijo un migrante no identificado de Nicaragua.
Esta escena en la Joya, Texas representa solo un fragmento de la crisis que aborda la actual administración de Joe Biden en la frontera.
Según la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), las detenciones de migrantes entre México y Estados Unidos alcanzaron en abril otro máximo histórico con más de 178,000 aprehensiones, un aumento del 3% a comparación de los 173,000 en marzo. Cifras que marca el nivel más alto desde el año 2000.
Bajo la administración Biden los niños no acompañados y algunas familias son protegidas de una expulsión y permitidos en el país mientras tramitan solicitudes de asilo político.
Funcionarios fronterizos aseguran que la atención requerida para quienes solicitan asilo consume el tiempo de los agentes y ha creado una oportunidad para que traficantes de droga eludan a las autoridades y entren al país, también indocumentados que viajan solos.
La mayoría de los arrestos de indocumentados corresponden a adultos que migraban solos contando más de 111 mil, comparado a las más de 48 mil familias detenidas.
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Con la esperanza de aliviar la situación, la academia de la patrulla fronteriza graduó recientemente a su primera clase de empleados dedicados específicamente a preparar documentos judiciales.