El imponente Starship de SpaceX, la nave espacial más grande y poderosa fabricada hasta ahora, lanzó exitosamente al espacio su enorme cohete en la mañana de este jueves.
El cohete de 400 pies de altura despegó desde una plataforma de Starbase, la base que la compañía de Elon Musk tiene en Boca Chica, Texas. La nave tenía como objetivo dar la vuelta al mundo y llegó más lejos que en los dos intentos anteriores, pero se perdió cuando descendía de regreso a la Tierra.
La compañía informó que perdió contacto con la nave espacial cuando se acercaba a su objetivo de caer en el Océano Índico, aproximadamente una hora después del despegue.
Minutos después, el propulsor se separó sin problemas de la nave espacial y cayó al Golfo. La nave espacial continuó su vuelo hacia el este, alcanzando una altitud de 100 millas y acercándose a la velocidad orbital, superando a los intentos anteriores.
Una hora más tarde, los comentaristas de SpaceX indicaron que se había perdido contacto con la nave espacial.
“La nave se ha perdido. Así que no habrá amerizaje hoy”, dijo Dan Huot, de SpaceX. “Sin embargo, es increíble ver qué tan lejos hemos llegado esta vez”.
Según SpaceX, Starship será un sistema de transporte reutilizable diseñado para transportar tripulación y carga a la órbita de la Tierra, la Luna, Marte y otras partes del espacio profundo.
SpaceX realizó este vuelo de prueba tras dos intentos realizados en abril y noviembre de 2023 que no lograron culminar el previsto trayecto de casi una órbita alrededor del planeta, con amerizajes en el océano Pacífico unos 90 minutos después del lanzamiento.
QUÉ PASÓ EN LOS DOS INTENTOS FALLIDOS ANTERIORES
En el primer caso, las dos etapas del Starship no lograron separarse y los controladores de la misión activaron un sistema de emergencia que hizo explotar el cohete de manera intencional unos cuatro minutos después del lanzamiento.
La segunda prueba, que también acabó con una explosión, no obstante fue más exitosa ya que ambas etapas se separaron, y SpaceX "logró una serie de hitos importantes y proporcionó datos invaluables para continuar desarrollando rápidamente Starship", como dijo la firma recientemente.
El tercer test se dio luego de que la FAA cerrara la investigación sobre la segunda prueba, la cual concluyó con la necesidad de que la compañía efectúe siete acciones correctivas en el propulsor Super Heavy, la primera etapa del cohete, que contiene 33 motores Raptor, y otras 10 en la segunda etapa, el Starship.
SpaceX explicó previo al tercer lanzamiento que intentaría una nueva trayectoria, que en esta ocasión culminaría en el Océano Índico, tras poco más de una hora de vuelo, y le permitirá probar nuevas técnicas como la quema de motores en el espacio mientras maximizan la seguridad pública.
Los controladores de la misión tenían fijados "objetivos ambiciosos", como el ascenso de ambas etapas, la apertura y cierre de la puerta de carga útil de Starship, y "el primer reencendido de un motor Raptor mientras está en el espacio".
La empresa también quería probar durante el vuelo una transferencia de combustible de un tanque a otro dentro de Starship, con miras a futuras transferencias de metano y oxígeno líquido de un cohete Starship a otro mientras están en órbita.
Lo anterior es clave para el programa Artemis, con el que la NASA planea volver a enviar misiones tripuladas a la Luna y en el que un cohete Starship ejercerá de módulo lunar, tras la suscripción de un contrato bajo la iniciativa de Servicios de Aterrizaje Humano (HLS) de la agencia espacial estadounidense.
De esta manera, antes de dirigirse a la superficie del satélite natural, Starship necesitará cargar combustible en la órbita terrestre baja gracias a otro cohete de esta gama que servirá como "depósito de combustible" en el espacio.
La NASA planea para septiembre de 2026 el despegue de Artemis III, la primera misión tripulada estadounidense que descenderá en suelo lunar en más de medio siglo.