La ciudad de San Francisco, en California, abrió un baño valorado en $1.7 millones en el vecindario Noe Valley.
En realidad, solo le costó a la ciudad alrededor de $300,000, después de que dos empresas donaran materiales e instalación.
Pero el precio original de $1.7 millones provocó una gran reacción y llevó al gobernador Gavin Newsom a suspender esa financiación estatal.
Más tarde devolvió el dinero a la ciudad, después de que los funcionarios prometieran construir dos o tres baños públicos, no solo uno.
El proyecto puso de relieve lo difícil y costoso que puede ser construir en la ciudad.
La alcaldesa de San Francisco, London Breed, ahora propone una legislación que, según ella, ahorrará tiempo y dinero en pequeños proyectos públicos como el baño de Noe Valley.