Los votantes estadounidenses están fracturados política y culturalmente antes del día de las elecciones intermedias y están ansiosos por saber hacia dónde se dirige su país en cuestiones como inflación, aborto, inmigración, delincuencia y mucho más.
También sienten que algo más fundamental está en juego en un momento de creciente desconfianza hacia las instituciones y entre ellos mismos: El futuro de la democracia.
Algunos estadounidenses mantienen la esperanza, pero surge un tenso panorama de las entrevistas con más de una veintena de votantes demócratas, republicanos y no afiliados antes de las elecciones intermedias del martes, las primeras desde que los partidarios del expresidente Donald Trump trataron de impedir la certificación del triunfo electoral del presidente Joe Biden en 2020.
Estas elecciones intermedias también son las primeras desde que la Corte Suprema federal le quitó el derecho constitucional a la mujer a interrumpir un embarazo, dejando el asunto en manos de los gobiernos estatales.
“Esta elección tiene enormes consecuencias”, afirmó Edward Foley, profesor de la Universidad Estatal de Ohio que dirige su programa de leyes electorales. “Es una cuestión de dónde está nuestra democracia y cómo nos va con nuestro autogobierno colectivo”.
Las elecciones intermedias siempre son importantes porque un cambio en el control de la Cámara de Representantes o el Senado puede frustrar los planes de un presidente en funciones. El control del Congreso también podría afectar varias pesquisas sobre Trump, incluyendo su papel en la insurrección del 6 de enero de 2021.
Docenas de candidatos estatales han dicho que las elecciones de 2020 fueron robadas; algunos candidatos a puestos que validan elecciones se han negado a decir si certificarán los resultados de 2024. Y ya hay más de 100 impugnaciones legales contra las elecciones de este año.
Estados Unidos ha estado antes en el precipicio. No mucho después de la elección de Abraham Lincoln en 1860, 11 estados se separaron de la nación y comenzó la Guerra Civil.
A fin de cuentas, dijo Foley, la elección gira en torno a una pregunta: ”¿Podemos realmente construir el sistema y producir resultados precisos y honestos, y suficientes personas los creerán?”
A continuación se ofrece una muestra de lo que los votantes expresaron sobre la democracia y otros temas:
ESTUDIANTE UNIVERSITARIO “MOTIVADO PARA CAMBIAR LAS COSAS”
Los padres de Brian Montes, nacidos en México, le dijeron que Estados Unidos es “una ciudad brillante sobre una colina” y lo instaron a tomar en serio su responsabilidad como ciudadano estadounidense.
Montes, de 21 años, se especializa en Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Portland y votará en esta elección por segunda vez en su vida.
Montes se horrorizó al ver que los negacionistas de las elecciones intentaban anular la victoria del presidente Biden. Para él, la democracia está en la papeleta este noviembre.
“Proteger nuestra democracia realmente es... fundamental. No podemos realmente resolver el cambio climático, no podemos ayudar al sistema de atención médica, no podemos dar alivio a los estudiantes de todo el país hasta que tengamos fe en nuestra democracia”, sostuvo.
A Montes, que es gay, también le preocupa que las creencias políticas sean ahora una parte tan importante de la identidad personal que sea casi imposible separar la política del odio.
En el pasado, alguien en el otro lado de un problema simplemente tenía “una perspectiva diferente de por qué o cómo podemos mejorar nuestro país”, dijo. “Ahora es si alguien cree o no que tienes derecho a estar aquí, si alguien cree o no que tienes derecho a existir. Y eso es profundamente personal”.
Pero siendo la primera persona de su familia en votar en Estados Unidos, Montes también es optimista a largo plazo.
“Nuestra generación está especialmente motivada para cambiar las cosas, para cambiar los sistemas actuales, porque los sistemas de hoy en día son la principal razón por la que nos encontramos en esta posición”, señaló.
LA ELECCIÓN SE TRATA DE ‘ECONOMÍA, MÁS QUE NADA’
Tony Bergida, de 27 años, del suburbio de Olathe en Kansas City, Kansas, dice que los asuntos de bolsillo tienen más peso para él en esta elección que el aborto, los derechos de las personas transgénero o la validez de las elecciones presidenciales de 2020.
Bergida, presidente de los Jóvenes Republicanos de Kansas, emitió su voto por adelantado y eligió a la republicana Amanda Adkins sobre la representante demócrata en funciones Sharice Davids.
Los anuncios demócratas se han centrado en la protección del aborto, pero la elección “realmente va a ser sobre la economía, más que nada”, indicó Bergida, que agregó que sus gastos en comestibles se han disparado en los últimos dos años.
“El costo de vida tiene que ser algo en lo que todos piensen en este momento”, dijo.
Bergida también se opone a que deportistas transgénero participen en competencias para mujeres, un tema que está en juego en la contienda por la gubernatura de Kansas.
Los republicanos que buscan impedir un segundo mandato de la gobernadora demócrata Laura Kelly la han atacado por vetar dos propuestas para prohibir que personas transgénero compitan en deportes escolares y universitarios de niñas y mujeres.
“No es justo y no es seguro que eso suceda”, dijo Bergida, padre de una niña de 2 años y un niño de 4, y exquarterback en Grinnell College en Iowa.
“Yo practiqué deporte y sé cómo es un vestuario. Y sí, tengo un gran problema con eso”, afirmó.
PREOCUPADA SOBRE LA SEGURIDAD SOCIAL Y LA DISPARIDAD ECONÓMICA
Cynthia Jones resultó gravemente lesionada en el trabajo hace más de una década y depende de las prestaciones por discapacidad del Seguro Social para pagar las facturas y conservar la casa estilo rancho que le dejó su padre.
La mujer oriunda de Atlanta ve un país dividido entre ricos y pobres. Ella no cuenta con un seguro médico que pueda cubrir una cirugía de espalda, pero señaló que los miembros del Congreso tienen acceso a atención médica y una pensión. Le preocupa que si los republicanos toman el control del Congreso, recorten el Seguro Social. (El senador republicano Rick Scott de Florida ha propuesto un plan que requerirá que el Congreso financie adecuadamente el Seguro Social y el Medicare o considere eliminarlos gradualmente).
“Si uno es pobre, uno no importa”, lamentó la votante demócrata de 64 años, que cursa una maestría para ser consejera en salud mental.
También la motivó a votar este año la afirmación falsa de Trump y otros republicanos de que las últimas elecciones presidenciales fueron robadas. Ella considera esa mentira como un ataque al electorado de raza negra y otros marginados que votaron en grandes cantidades en 2020.
“Siento que están tratando de devolvernos a la plantación”, dijo sobre el Partido Republicano.
Ese sentimiento es especialmente duro para ella. Sus padres enfrentaron discriminación y dificultades económicas, pero también pudieron ahorrar dinero y comprar sus propias casas. No quiere que el país retroceda en ese progreso.
“No quiero que no se me tenga en cuenta”, dijo. “No quiero que me vean como una ciudadana de tercera clase. No quiero que nadie se sienta así”.
IMPULSANDO LA PARTICIPACIÓN LATINA Y EL BUEN GOBIERNO
Ron Flores es un jubilado republicano de más de 70 años que vive en una comunidad playera de California, no lejos de la ciudad mayoritariamente hispana de Santa Ana, donde vivió su infancia.
Siendo hijo de un inmigrante mexicano, Flores señala que siempre tuvo interés en la historia y la política, pero no actuó al respecto hasta hace poco, y el año pasado formó el grupo “¡BASTA!”, cuyo objetivo es alentar a los hispanos a votar y promover principalmente —pero no únicamente— a candidatos políticamente conservadores.
“¿Eres honesto? ¿Vas a hacer lo que queremos que hagas?”, cuestionó. “Apoyo a los candidatos al buen gobierno y a veces eso está a la izquierda, pero la mayoría de las veces está a mi derecha”, añadió.
En California, hay medidas en la boleta electoral en este momento sobre las apuestas en internet y el aborto. Pero para Flores hay problemas más importantes, como cuánto cuesta llenar el tanque de gasolina de su auto y el aumento de los precios de prácticamente todo.
“Eso me afecta, número uno”, dijo Flores, que comentó que educó a seis hijos y trabajó en diseño de productos y consultoría.
Para el Congreso, Flores dijo que está harto de los puntos de vista de los progresistas en temas sociales, por lo que va a votar por un republicano. Pero no está entusiasmado con su elección.
“Voy a ir por lo mejor de lo peor”, dijo, pellizcándose la nariz.
DESPUÉS DE LA TRAGEDIA, COMBATIR LA DELINCUENCIA ES PRIORIDAD
Mary Elledge, de 80 años, crio junto con su pareja a cuatro hijos en los suburbios de Portland, Oregon. En 1986, su vida dio un giro cuando su único hijo, Rob, fue brutalmente asesinado en su casa.
Desde ese momento, la demócrata registrada se ha centrado en los derechos de las víctimas de asesinato y sus seres queridos.
Ahora, cuando aumentan los homicidios en Portland, Elledge elige al candidato independiente en las elecciones para gobernador de Oregon. Siente que los demócratas se han desviado demasiado hacia la izquierda en materia de seguridad pública y eso la molesta profundamente.
“No es seguro dejar a tus hijos afuera sin poder saber exactamente dónde están”, dijo Elledge, que tiene nietos y bisnietos. ”¿A qué clase de mundo estamos trayendo a estos niños?”.
“Creo que ser blando ante la delincuencia es lo que ha causado mucho de esto”, indicó. “Yo no votaría por nadie que pretenda quitar fondos a la policía”.
Excepto por el tema de seguridad pública, Elledge dice coincidir más claramente con la línea del Partido Demócrata.
Cree en el derecho de la mujer al aborto y está “horrorizada” por el expresidente Donald Trump.
Elledge, quien tiene familiares que son partidarios de Trump, dijo que luchó después del asesinato de su hijo para evitar descender al odio y ahora ve una lección en su propia historia para los tiempos polarizados de hoy.
“Hay que estar de acuerdo en no estar de acuerdo”, manifestó. “Creo que en todo esto, tenemos que tener cuidado de no enfadarnos con todo”.
TRANSGÉNERO ENFOCADA EN EL “DERECHO A EXISTIR”
A Emma Scott Lavin le tomó la mayor parte de su vida darse cuenta de quién era y ya no está dispuesta a ocultarse.
Lavin, una artista drag transgénero de 49 años, se metió entre una multitud de manifestantes el mes pasado afuera de un evento de lectura para niños para fomentar la diversidad en Eugene, Oregon.
Fracasó en su intento de involucrarse con los manifestantes y el incidente aumentó su preocupación a medida que la ultraderecha se moviliza en torno a la retórica anti-LGBTQ y presenta propuestas legislativas en algunos estados que prohibirían a las niñas y mujeres transgénero formar parte de equipos deportivos femeninos, usar vestuarios para mujeres o acceder a la atención médica para su transición.
“Mi derecho a existir es el mayor problema político para mí en este momento”, dijo Lavin, una demócrata. “Está en la boleta”.
“Puede que mucha gente vea esto y diga: ‘Esta persona, esta persona es todo lo que está mal en Estados Unidos ahora mismo’”, dijo, señalando su lápiz labial rojo, su vestido rojo y negro, sus botas de tacón de aguja de ante rojo y su peluca.
“Pero mi respuesta a eso es: ’Si ya sabes quién y qué soy, o crees que lo sabes, entonces ¿cómo puedes aprender algo de mí? Si crees que tu religión te dice que lo sabes todo y que sabes lo que son los demás, entonces tu religión te impide aprender y crecer como persona’”.
Lavin cree que el sistema político de Estados Unidos no puede sobrevivir porque ya no hay término medio.
“El ganador se lo lleva todo”, dijo. “Hay personas en la comunidad LGBT que probablemente tienen un sentido más republicano de cómo podría funcionar la economía, pero no pueden votar por los republicanos porque es una cuestión de su propia existencia”.
OPTIMISTA SE OPONE A ‘DESHUMANIZAR AL OTRO LADO’
Las profundas divisiones políticas del país decepcionan a Mark Riegel, un dibujante de Boyertown, Pensilvania.
Pero el republicano registrado de 38 años se considera optimista y cree que los estadounidenses pueden reconstruir un mayor sentido de propósito compartido.
La clave, asegura, es interactuar más intencionalmente con otros que son diferentes, incluso cuando los políticos fomentan la polarización.
“Tenemos que darnos cuenta de que el otro lado no es el enemigo”, subrayó Riegel. “Parece que nos volvemos como niños, infantilizando al otro lado, o deshumanizando al otro lado, como diciendo que son malvados. Ciertamente, no son malvados. Simplemente no estamos de acuerdo con ellos”.
A medida que se acercaba el día de las elecciones, Riegel indicó que se inclinaba hacia los demócratas en la boleta electoral de Pensilvania.
No cree que al candidato al Senado por el Partido Republicano, el doctor Mehmet Oz, realmente le importe su estado adoptivo de Pensilvania, y señaló que el candidato a la gubernatura del Partido Republicano, Doug Mastriano, era “provida hasta el extremo”, demasiado a la derecha para su gusto.
Repudiar a un político por su postura política está bien. Pero cuando se trata de vecinos, se requiere un enfoque diferente.
“Puedes acercarte y hablar con la gente, cara a cara, estrechar su mano”, dijo. ”¿Te importa si tu cajera en Giant es demócrata o republicana?”
TRABAJADORA SOCIAL LAMENTA EXISTENCIA DE “SÓLO DOS PARTIDOS”
Abi Suddarth siempre se ha opuesto al aborto. Cuando quedó embarazada siendo estudiante universitaria, supo que tendría al bebé.
Esa decisión alteró drásticamente su vida, pero la trabajadora social de Kansas City, Kansas, afirma que ver a su hijo, que ahora tiene 7 años, crecer y ser “tan hermoso como es, e inteligente, es lo mejor que pude haber hecho”.
La oposición al aborto es uno de los valores clave que impulsan sus puntos de vista políticos; el apoyo a la creación de una sociedad más inclusiva es otro.
Suddarth, una estadounidense naturalizada que nació en México, dijo que está indignada por los comentarios de Trump sobre los inmigrantes. Ella cree que él y sus partidarios republicanos son quienes han avivado las divisiones políticas en Estados Unidos.
“Cuando alguien se convierte en presidente, no es de un solo color de piel”, dijo, conteniendo el llanto al describir cómo algunos de sus clientes de trabajo social se quejan sobre su acento. “Está gobernando a todos. Incluso los que no votaron por él, todavía tiene una responsabilidad con ellos porque siguen pagando impuestos”.
Suddarth —una votante no afiliada— aún no ha decidido cómo votará en una contienda por el Congreso que enfrenta a la republicana Amanda Adkins y la demócrata en funciones, Sharice Davids.
Suddarth asegura que a menudo se siente así de dividida.
“Necesitamos más de dos partidos”, añadió. “Hay algunas elecciones (en las que)… dices: ‘OK, entonces tengo que tomar una decisión y tengo que votar. Entonces, ¿Cuál me va a hacer menos daño?’”
“Porque ya ni siquiera se trata de quién me va a beneficiar más”, comentó.
PREOCUPADA SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y ELECCIONES JUSTAS
Jennifer Quade cree que es posible que los “chanchullos” durante las elecciones de 2020 ayudaron al presidente Biden a derrotar a Trump y le molesta que la etiqueten como “negacionista de las elecciones” sólo por decirlo.
“Cuando se tiene una sociedad libre donde las personas son libres de intercambiar ideas, eso es una sociedad libre, eso es una República, eso es lo que se supone que es nuestro país”, dijo Quade, una republicana de 52 años, votante en el condado Queen Anne, en Maryland.
Los funcionarios electorales federales y estatales y el propio secretario de Justicia de Trump han afirmado que no existe evidencia creíble de que las elecciones hayan sido corrompidas. Las acusaciones de fraude del expresidente también fueron rechazadas rotundamente por los tribunales, incluyendo jueces designados por el propio Trump.
Para Quade, una exenfermera que ahora trabaja en ventas, parece que las grandes empresas tecnológicas y de medios de comunicación están trabajando para silenciar, o al menos marginar, las voces conservadoras.
Su idea para restaurar la fe de todos en las elecciones de Estados Unidos es exigir un republicano y un demócrata en cada colegio electoral “para que se equilibren entre sí”.
Aparte de la integridad de las elecciones, Quade dijo que algunos de los temas que más le importan son la reducción de la inmigración ilegal y el tráfico de drogas ilegales.
El país, señaló, está “siendo destruido desde dentro”.
INGENIERO JUBILADO CONTRASTA EEUU Y CHINA
Como ciudadano estadounidense naturalizado, a Jerry Cheng no le importan los altibajos de la política estadounidense. El ingeniero mecánico jubilado valora su capacidad para participar en la democracia, y especialmente su libertad para criticar a los políticos.
Eso es algo que Cheng no tenía en China, donde nació y pasó la mayor parte de su vida antes de establecerse de manera definitiva en Filadelfia hace tres años.
“Debido a la dictadura de un solo partido en China, el gobierno de partido único, uno no tiene nada, no tiene derecho a decir ‘no’. Siempre ‘sí, sí, sí’”, declaró Cheng, de 66 años. “Aquí... uno tiene más opciones”.
Cheng, un demócrata registrado, reconoció que las profundas divisiones políticas están afectando a su país adoptivo. Pero considera que eso es “parte del costo de la democracia”.
“Criticar al gobierno es necesario. Porque el gobierno siempre tiene los privilegios”, dijo.
Cheng no sólo habla de democracia, sino que la vive. Se involucró en el compromiso cívico asiático-estadounidense por primera vez en estas elecciones. Educa a la gente —muchos de ellos adultos mayores y hablantes nativos de chino— sobre el voto, el funcionamiento del gobierno y los problemas que afectan a la comunidad.
“Nada es perfecto, ni siquiera el sistema estadounidense”, afirmó. “Pero comparado con la dictadura de un solo partido, es mucho mejor. Al menos da a la gente alguna oportunidad de hacer negocios, de hacer campaña para un puesto político”.