Expertos señalan que el consumidor final sufrirá el incremento de precios del aluminio y el acero.
El presidente Donald Trump firmó este lunes una orden que impone un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos.
"Esto es algo importante", dijo Trump mientras firmaba la orden en la Oficina Oval. "El comienzo de volver a hacer rico a Estados Unidos".
Los aranceles se producen apenas una semana después de que Trump prometiera suspender los aranceles a Canadá y México. Se hacen eco de los aranceles al acero y al aluminio que Trump impuso durante su primera administración, aunque en ese momento se impusieron explícitamente por motivos de seguridad nacional.
Esta vez, el fundamento de los aranceles es algo más ambiguo: Trump ha citado la creación de empleos y la reducción del déficit comercial de Estados Unidos. Durante el fin de semana, el presidente prometió castigar a los países que “se aprovechan” de las empresas estadounidenses.
Muchos analistas ven los aranceles como una herramienta de negociación para obtener concesiones de otras naciones.
La mayor parte del acero utilizado por las empresas estadounidenses ya se produce en el país, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso de 2022, aunque el porcentaje de importaciones de aluminio utilizadas por las empresas estadounidenses es mucho mayor.
Algunas empresas estadounidenses todavía se manifiestan en contra del uso de aranceles. El lunes, el Sindicato Unido de Trabajadores del Acero, un grupo aparentemente diseñado para beneficiarse de los aranceles, dijo que la medida sería contraproducente si se aplicara de manera demasiado amplia.
"Debemos distinguir entre socios comerciales confiables, como Canadá, y aquellos que buscan socavar nuestras industrias mientras trabajan para dominar el mercado global", dijo en un comunicado.
Canadá es el mayor proveedor de acero de Estados Unidos, seguido de Brasil, México, Corea del Sur y Vietnam.
Trump ha planteado la idea de aranceles recíprocos de ojo por ojo. Según analistas de la consultora Capital Economics, tal escenario haría, en esencia, que Trump adoptara un enfoque más “medido” en las negociaciones comerciales si se elimina la amenaza de un arancel generalizado.
Aún así, “dada la inclinación de Trump a actuar primero y negociar después, todavía parece probable que los aranceles impulsen la inflación este año y que, como resultado, la Reserva Federal permanezca en suspenso”, escribieron en una nota a los clientes, refiriéndose a la trayectoria esperada de las tasas de interés.