WASHINGTON — El presidente Joe Biden concedió los primeros tres indultos de su mandato a un agente del Servicio Secreto de la época de Kennedy condenado por soborno tras intentar vender una copia de un archivo de la agencia, y a otras dos personas sentenciadas por cargos relacionados con las drogas pero que se han convertido en pilares en sus comunidades.
El presidente demócrata conmutó también las sentencias de 75 personas por delitos no violentos relacionados con las drogas.
La Casa Blanca anunció los indultos el martes, coincidiendo con el lanzamiento de una serie de programas de formación y reinserción laboral para personas encarceladas o que hayan recuperado la libertad recientemente.
ABRAHAM BOLDEN SR., UN EXAGENTE DEL SERVICIO SECRETO, FUE UNO DE LOS TRES INDULTADOS
Muchos de los que han visto su pena conmutada cumplieron parte de sus sentencias bajo arresto domiciliario por la pandemia del coronavirus.
Varios tenían sentencias largas que habrían sido menores si hubiesen sido condenados hoy por los mismos delitos, tras una reforma bipartidista de 2018 promulgada por el gobierno del expresidente Donald Trump.
“Estados Unidos es una nación de leyes y segundas oportunidades, de redención y de rehabilitación”, dijo Biden en el comunicado que anunciaba los perdones.
“Funcionarios electos de ambos lados de la cámara, líderes religiosos, defensores de los derechos civiles y líderes de las fuerzas de seguridad están de acuerdo en que nuestro sistema de justicia penal puede y debe reflejar esos valores fundamentales que permiten comunidades más seguras y fuertes”,
Uno de los indultados es Abraham Bolden Sr., de 86 años, que fue el primer agente del Servicio Secreto negro en una escolta presidencial.
En 1964, Bolden, quien formó parte del equipo del presidente John F. Kennedy, enfrentó cargos federales por soborno al intentar vender una copia de un archivo del departamento. Su primer juicio terminó sin una decisión del jurado.
Tras su condena en un segundo proceso, testigos clave admitieron haber mentido a pedido de la fiscalía. Bolden, a quien se le denegó una repetición del juicio, pasó varios años en un penal federal.
Ha mantenido su inocencia y escribió un libro en el que afirma que se vio perjudicado por denunciar comportamientos racistas y poco profesionales en el Servicio Secreto.
Otro de los perdones fue para Betty Jo Bogans, de 51 años, quien en 1998 fue condenada en Texas por posesión con intención de distribución de crack, tras intentar transportar la droga para su novio y el cómplice de éste.