En la segunda audiencia pública el comité buscó comprobar que Trump fue informado de que no hubo fraude, pero aún así siguió con sus declaraciones falsas
WASHINGTON DC - El expresidente Donald Trump descalificó al comité legislativo que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, al que tachó de "tribunal canguro", es decir, una corte que hace caso omiso de las normas establecidas o la justicia.
En una declaración de 12 páginas publicada en respuesta a la última audiencia pública del citado comité de la Cámara de Representantes, Trump redobló además sus afirmaciones de que las elecciones presidenciales de 2020, que llevaron a Joe Biden a la presidencia, fueron fraudulentas.
El republicano también lanzó sus críticas contra la gestión de Biden y repasó la "fallida retirada" de Afganistán, su mala política en la frontera sudoeste de Estados Unidos, que calificó de "no segura", y culpó a los demócratas de usar el comité para distraer a los estadounidenses del “gran dolor que están experimentando”.
“Diecisiete meses después de los hechos del 6 de enero, los demócratas no pueden ofrecer soluciones”, dijo Trump. “Están desesperados por cambiar la narrativa de una nación en decadencia, sin siquiera mencionar los estragos y la muerte causados por la izquierda radical solo unos meses antes”, subrayó.
EL COMITÉ ANALIZA EL ROL DE TRUMP EN EL ASALTO AL CAPITOLIO
La audiencia del lunes fue la segunda de una serie de eventos públicos programados para este mes, en los que el comité espera demostrar que Trump pudo estar detrás del ataque al Capitolio federal.
Los miembros del comité están tratando de dilucidar si Trump, a sabiendas, difundió afirmaciones falsas de que las elecciones presidenciales fueron robadas, en contra de lo que opinaban y del consejo que le dieron en su momento varios asesores de campaña y funcionarios del gobierno federal.
El comité está formado por una mayoría de congresistas demócratas, aunque hay dos integrantes republicanos -- Liz Cheney y Adam Kinzinger -- que están enfrentados con Trump.
En el asalto al Capitolio, cinco personas murieron, entre ellas un oficial tras sufrir un infarto horas después del incidente, y cerca de 140 agentes fueron agredidos. Además, cuatro policías se suicidaron con posterioridad.
