ST. PETERSBURG, Florida— Un jurado investigador en Florida acusó formalmente a un exmilitar de cargos que incluyen asesinato premeditado por el homicidio "al azar" de una familia en Lakeland, Florida, en septiembre pasado. Entre las víctimas está una madre y su bebé en brazos.
Bryan Riley, un exmarine de 33 años que está detenido bajo fianza, podría enfrentar la pena de muerte o cadena perpetua si es condenado por los asesinatos. Los fiscales no han dicho aún si pedirán la pena máxima.
En la casa principal encontraron a un hombre, una mujer y su bebé en brazos de la madre, todos muertos a tiros. Y en la parte posterior de la casa, a otra mujer asesinada. Un agente ingresó a la vivienda y rescató a una niña de 11 años, que seguía consciente pese a haber recibido siete disparos. La menor se encuentra en estado crítico pero estable el lunes, de acuerdo con la Policía.
Documentos de la corte muestran que la imputación fue presentada el martes en el tribunal del condado Polk contra Riley. Otros cargos, incluyendo intento de asesinato — una niña de 11 años sobrevivió el ataque del 5 de septiembre y Riley se enfrascó en un tiroteo con la policía — secuestro, incendio intencional, robo de morada y crueldad hacia animales, por matar al perro de la familia.
El comisario del condado Polk, Grady Judd, dijo que Riley creía falsamente que la familia estaba involucrada en tráfico sexual de menores y que Dios le había dicho que rescatase a una supuesta víctima llamada “Amber”. No había una menor con ese nombre en la casa de la familia.
Las víctimas fueron identificadas como Justice Gleason, de 40 años; su novia de 33 años Theresa Lanham; su bebé Jody de solo tres meses de nacido; y Catherine Delgado; de 62 años, madre de Lanham y dueña de la propiedad. La hija de Gleason sobrevivió pese a recibir varios balazos.
Riley se topó con la familia tras ver a un hombre cortando el césped con una niña pequeña que él pensó era la víctima de tráfico sexual, dijo Judd.
Las autoridades dicen que Riley, luciendo un chaleco antibalas, llevaba tres armas de fuego con él y disparó al menos 100 veces en la vivienda principal y en la casa menor en la parte trasera, donde Delgado fue la primera en ser asesinada.
La policía hizo unos 60 disparos en un tiroteo que dejó a Riley con una herida no letal en el abdomen. Riley se entregó tras resultar herido.
Riley sirvió como marine en Irak y Afganistán y estaba trabajando como guardia de seguridad en el área de Lakeland, incluyendo en una iglesia. Luego de ese empleo reciente, la novia de Riley dijo que éste comenzó a hablar de comunicarse con Dios, aunque no sobre nada violento.
