Los votantes en Virginia se dirigían a las urnas el martes para elegir al demócrata que consideran debe ser el candidato del partido en las elecciones presidenciales, a celebrarse este próximo noviembre.
Los centros de votación abrieron a las 6 a.m. del Supermartes, una mega jornada electoral en diversos puntos del país que repartirá el 34% de los delegados para lograr la candidatura del partido y a la que el senador progresista Bernie Sanders llega como gran favorito.
Además de Virginia, otros trece estados estaban celebrando primarias o asambleas: Alabama, Alaska, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Vermont.
Cinco candidatos demócratas permanecen en la contienda: Joe Biden, Mike Bloomberg, Tulsi Gabbard, Bernie Sanders y Elizabeth Warren. Sin embargo, los nombres de los candidatos que se retiraron de la carrera aparecen en las boletas de votación a lo largo del estado.
Las primarias del Supermartes a lo largo del país otorgarán a 1,344 delegados para los candidatos presidenciales demócratas, más de un tercio del total en juego antes de la convención del partido en julio.
Virginia tiene 99 delegados en juego, con cada uno de los 11 distritos congresales en el estado eligiendo entre 4 a 7 delegados nacionales, de acuerdo con el Partido Demócrata del estado.
Candidatos necesitan al menos 15% de los votos para obtener algún delegado. Cada precandidato presidencial que llegue a ese umbral recibirá entonces delegados proporcionales al voto a nivel estatal.
Decisión
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Virginia tiene más de 5.6 millones de electores registrados y sus primarias son abiertas, es decir, que cualquier persona que esté inscrita para votar puede participar en las primarias.
Lo que está en juego
Virginia es Estados Unidos en miniatura con bloques de votantes diversos, una mezcla de áreas rurales, urbanas y suburbanas, y muchos votos de veteranos.
Lo que fue alguna vez un “swing state”, es hoy en día un estado que se inclina sólidamente hacia los demócratas. El partido en Virginia ha logrado en la última década “voltear” las mayorías republicanas en la legislatura estatal y la delegación congresual. La antipatía de los votantes hacia Donald Trump, en particular en los crecientes suburbios del estado, ha ayudado a impulsar esos cambios.
Virginia no es actualmente una de las prioridades para Trump en su campaña por la reelección, pero hay preocupación entre los demócratas de que, si Sanders es su oponente, otras contiendas “down ballot” que estén en las papeletas este noviembre podrían verse perjudicadas.
Los candidatos
Biden estará contando con los votantes afroamericanos y suburbanos para mantener su empuje, tras una contundente victoria el sábado en Carolina del Sur. Muchas figuras demócratas importantes en el estado lo han respaldado, incluyendo varios funcionarios afroamericanos.
Bloomberg ha sido un visitante regular en Virginia, y lanzó su campaña desde aquí. Ha invertido miles de dólares para impulsar a demócratas en Virginia y en anuncios y personal para su propia campaña.
Sanders no necesita ganar Virginia para tener un buen día en el Super martes. Pero resultados débiles aquí puede reforzar los miedos de algunos en la clase dirigente de su partido de que Sanders tendrá dificultades para atraer a los centristas que posiblemente necesitará para vencer a Trump.
Un buen resultado en Virginia para la senadora de Massachussets Elizabeth Warren podría darle un necesario impulso a su campaña.