Un juez de California rechazó el viernes una propuesta de nueva sentencia presentada por Richard Allen Davis, quien en 1993 mató a Polly Klaas, de 12 años, después de secuestrarla de su dormitorio a punta de cuchillo, en un crimen que conmocionó a la nación.
En 1996, el jurado encontró a Davis culpable de asesinato en primer grado y de "circunstancias especiales" de secuestro, robo e intento de acto lascivo contra una menor. Davis, que tenía un amplio historial de secuestros y agresiones que se remontaba a la década de 1970, fue condenado a muerte.
Los abogados de Davis argumentaron en un expediente judicial de febrero que su sentencia de muerte debería ser revocada debido a los cambios recientes en las leyes de sentencias de California. También tomaron nota de la actual moratoria de California sobre la pena de muerte.
En 2019, el gobernador de California, Gavin Newsom, impuso una moratoria sobre las ejecuciones y calificó la pena de muerte como "un fracaso" que ha discriminado a los acusados que tienen enfermedades mentales, son negros o que no pueden permitirse una costosa representación legal. Un futuro gobernador podría cambiar esa política.
La Oficina del Fiscal de Distrito del Condado Sonoma indicó que los argumentos de los abogados de Davis son "sin sentido" y que las leyes que citan no se aplican a la sentencia de muerte por el asesinato de Klaas.
Davis secuestró a Klaas de su dormitorio en Petaluma, a 40 millas al norte de San Francisco, en octubre de 1993, y la estranguló hasta la muerte. Esa noche, ella y dos amigas celebraron una pijamada y su madre durmió en una habitación cercana.
La desaparición de Klaas desató una búsqueda a nivel nacional por parte de miles de voluntarios. Davis fue arrestado dos meses después y llevó a la policía al cuerpo de la menor, que fue encontrado en una tumba poco profunda a 50 millas al norte de su casa en el condado Sonoma.
California
El caso fue uno de los principales impulsores de la aprobación en California de la llamada ley de "tres strikes" en 1994, que establecía sentencias más largas para los reincidentes. Los legisladores y votantes aprobaron la propuesta.
California no ha ejecutado a nadie desde 2006, cuando Arnold Schwarzenegger era gobernador. Y aunque en 2016 los votantes aprobaron por estrecho margen una medida electoral para acelerar el castigo, ningún recluso condenado se enfrentaba a una ejecución inminente.
Desde la última ejecución en California, la población condenada a muerte ha crecido hasta albergar a uno de cada cuatro presos condenados en Estados Unidos.