Alejandra Guzmán, hija de Silvia Pinal, salió del hospital en el que acababa de morir su mamá sin pronunciar palabra y visiblemente devastada.
A bordo de un automóvil conducido por un hombre, la Guzmán ocupó el asiento del copiloto y no bajó la ventanilla del vehículo para responder a la lluvia de preguntas que le gritaban las decenas de reportaros que permanecieron apostados afuera del hospital donde murió Pinal.
La popular intérprete, compositora, bailarina y actriz es conocida por su personalidad apasionada e intensa, y su profundo amor hacia su madre, con quien logró resolver las diferencias que tuvieron cuando inició su carrera en la música.
En días anteriores era evidente la angustia que sentía por el estado de salud de la legendaria actriz, quien permaneció hospitalizada durante una semana y por la que pidió a sus seguidores que oraran por ella.
“Le está echando muchas ganas. Ahí va. Rezándole a Dios. La veo mejor. Ahorita se acabó la charola (de comida), está comiendo bien y ya no le tuvieron que poner la sonda. Hay que pedir por ella. Por lo menos 72 horas en lo que reacciona. ¿Qué puedo hacer? Ella ha hecho todo por mí, cómo no lo voy a hacer (cuidar de ella)”, compartió en una ocasión.
La angustia de la intérprete, considerada una de las mejores intérpretes de rock en América Latina, se agudizó al tener que aislarse debido a que enfermó.
En un momento, tuvieron sospechas de que hubiera desarrollado influenza, enfermedad contagiosa que podía ser contraproducente para la salud de su madre.